El cura torero, conoce la historia del Padre Víctor

Víctor Carrasco Muñoz es sacerdote diocesano, párroco de Garlitos, El Risco y Capilla, tres localidades de Extremadura. Víctor va a participar en el primer Encuentro Internacional de Capellanes Taurinos que se va a celebrar del 5 al 7 de abril, en Zamora.

Los toros son una tradición cultural española y Víctor tiene pasión por la tauromaquia desde pequeño: “Mi afición surge desde pequeño, casi al par que la vocación sacerdotal. El pueblo donde yo soy natural es Herrera del Duque, en Extremadura. Es un pueblo muy aficionado a los toros y de siempre, con mi familia y mis padres, he ido de pequeño a los toros. Y la verdad es que podemos decir que casi a la par de la afición surge un poco también la vocación sacerdotal”.

Puede haber múltiples sacerdotes aficionados a esta actividad, pero no son tantos los que se atreven a coger un capote y saltar a la plaza: “Yo formo parte de los aficionados prácticos de Badajoz y bueno, en verano cuando las actividades pastorales lo permiten, con los chavales del pueblo nos recorremos un poco los pueblos cercanos y en los festejos populares, en las vaquillas, en novillos, pues siempre salto con mi capote a dar por lo menos unos pases y quitarte un poco ese gusanillo”.

Esta afición le ha llevado al Padre Víctor a participar en el Encuentro Internacional de Capellanes Taurinos, un encuentro que se va a vivir en Zamora con presencias muy importantes: “Vamos a contar con la presencia de don Baltasar Porras, que es el arzobispo cardenal de Caracas, y también con la aportación del que fue obispo auxiliar y titular de Segovia, don Ángel Rubio, junto con nuestro provicario general, don Raúl Muelas, que también estará presente...”.

¿Hay relación entre la fe y la fiesta?, el Padre Víctor lo tiene claro: “Todos sabemos, y la gente que es aficionada a los toros sabe, de la fe que hay en el mundo del toro, de la fe de los toreros, de las capillas que hay en muchísimos lugares, en muchísimas plazas, o si no hay capilla hay azulejos. Y la verdad que hemos intentado un poco ver cómo la fiesta del mundo del toro también se enriquece a raíz de la tauromaquia. Hay muchas similitudes, muchos paralelismos tienen, la liturgia, términos... también un poco la madurez y la seriedad. Es una fiesta en la que el torero se juega a la vida. Y, por tanto, esos momentos antes de cada corrida de toros, ese encomendarse a Dios”.

Escucha la entrevista completa del padre Juan García al sacerdote torero, Víctor Carrasco, en el Espejo de la Iglesia.