Para grabarlo tuvieron que simular que eran misioneros

"Semillas de Kivu", el documental del toledano, Carlos Valle, que da voz al horror silenciado de las mujeres violadas por guerrilleros en el Congo

Nominado a los Goya, el film aborda las secuelas de la violación utilizada como arma de guerra

Blanca Bermejo

Toledo - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Este miércoles se ha presentado, en la oficina que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha tiene en la Gran Vía, "Semillas de Kivu" un impactante documental que retrata una de las realidades más devastadoras de nuestro tiempo. Dirigido por Carlos Valle y Néstor López, el film aborda las secuelas de la violencia sexual utilizada como arma de guerra en la región de Kivu, República Democrática del Congo. La obra, que aspira a los Premios Goya 2024, busca iluminar una tragedia que rara vez ocupa titulares.

"Es tremendo esto", comenta Valle en una entrevista. "Cuando la gente conoce esta historia, le saltan las alarmas. Alucina porque no puedes creer que algo así exista. Aunque en Occidente estamos más atentos a conflictos cercanos, como Ucrania o Palestina, lo que pasa en el corazón de África, en Kivu, permanece en la sombra. Y es una pena, porque la gente debe conocer este drama".

El documental pone el foco en las mujeres que, tras ser violadas por guerrillas que controlan los recursos minerales, buscan ayuda en el hospital de Panzi. En muchos casos, estas mujeres enfrentan un dilema desgarrador: aceptar o no a los hijos concebidos tras las agresiones y encontrar en la maternidad una inesperada forma de resistencia.

"Es increíble cómo estas mujeres logran salir adelante", explica Valle. "No esperan que alguien venga a rescatarlas, sino que enfrentan su realidad, aceptan su drama y encuentran la fuerza para seguir. Esa capacidad de resiliencia es lo que más nos impactó y lo que quisimos reflejar en la película".

Un Trabajo Complejo y Profundo

La producción de "Semillas de Kivu" fue todo un desafío. Según Valle, el equipo entrevistó a unas cinco mujeres, aunque no todas aparecen en el documental debido a las limitaciones de tiempo. "Filmamos 30 horas y tuvimos que condensarlas en 30 minutos, seleccionando los testimonios más destacados para mostrar lo esencial de esta tragedia", comenta.

      
             
      

El proyecto surgió a raíz del trabajo de Pepe Castro, fotógrafo de retratos, quien buscaba inmortalizar a los ganadores del Premio Nobel de la Paz. Uno de ellos, Denis Mukwege, ginecólogo y fundador del hospital de Panzi, recibió el galardón en 2018 por su lucha contra las violaciones como arma de guerra.

"Mukwege nos inspiró para conocer más sobre su labor y el contexto de Kivu", relata Valle. "A partir de ahí, nos adentramos en esa región para documentar la realidad de las mujeres que buscan ayuda en su hospital".

Un Viaje Lleno de Obstáculos

      
             
      

Grabar en una zona tan conflictiva no fue fácil. "La burocracia fue complicada, y tuvimos que simular que íbamos como misioneros para colaborar con el hospital", detalla Valle. El equipo técnico fue transportado de forma discreta, dividido entre los cinco miembros del equipo. "No podíamos revelar que íbamos a grabar, ya que en ese país no se permite filmar imágenes que luego se saquen al exterior".

El esfuerzo y la determinación del equipo han dado sus frutos. "Semillas de Kivu" no solo es un testimonio del horror que viven estas mujeres, sino también un tributo a su fortaleza.

Carlos Valle y todo el equipo tienen ahora la esperanza de que su obra, una de las cinco candidatas de Castilla-La Mancha a los Goya, sirva para dar visibilidad a una tragedia ignorada. "Es una historia que debe conocerse y reconocerse", concluye Valle.

      

"Semillas de Kivu" promete ser mucho más que un documental: es un grito de justicia y humanidad.