Entrevista con Anastasio Arevalillo, alcalde de Torrijos

El alcalde de la población toledana nos habla de la Colegiata del Santísimo Sacramento.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Colegiata de Torrijos se trata de la obra de arte más importante que conserva la localidad y una de las más significativas de Castilla-La Mancha.

Fue construida por mandato de doña Teresa Enríquez para servir de sede a la Archicofradía del Santísimo Sacramento, creada mediante bula del Papa Julio II. Su traza se atribuye a los hermanos Enrique y Antón Egas, con la participación del joven Alonso de Covarrubias. Las obras se iniciaron en 1509 y en 1518  se cubrieron las bóvedas y se celebró la primera misa que tuvo lugar el 3 de mayo.

El resultado es un imponente edificio esencialmente gótico pero con elementos propios del primer renacimiento, que tienen especial protagonismo en el exterior del templo.

Son varios los elementos que destacan. En primer lugar, es posible apreciar la distinta altura de las tres naves que configuran el templo. A ello se debe la existencia de los arbotantes de estilo gótico que unen la nave central con las laterales. Éstas se rematan con contrafuertes y botareles salientes que terminan en grandes y decorativos flameros de piedra de estilo renacentista.

Dos puertas dan acceso al interior

La puerta del muro oeste, enmarcada por una portada que es quizás la parte más representativa y bella del edificio. Aunque no se conserva documentación que lo acredite, se considera que en su traza participó Alonso de Covarrubias. Es un hermoso ejemplo de plateresco, caracterizado por la acumulación de motivos ornamentales, jambas decoradas con florones, entablamento clásico, arquivoltas con cabezas de querubines, motivos eucarísticos, símbolos de los Evangelistas, llaves de San Pedro, etc. Destaca la utilización simbólica de diferentes fustes y capiteles islámicos, en un ejemplo destinado a mostrar el cristianismo triunfante con el que se vincula la edificación.

La puerta sur es más sencilla y sobria, propia de un plateresco más evolucionado. En la actualidad es la entrada habitual al templo. Por último, destaca la gran torre campanario que tiene más de 40 metros de altura,gran volumen y sencillas formas. Está coronada por un chapitel del siglo XVII.

Interior

La nave central es bastante más alta que las laterales, lo que permite su iluminación directa mediante grandes ventanales góticos. Sus bóvedas son de crucería con terceletes –salvo las de la cabecera y los tramos próximos, que son estrelladas–.

Por su parte, el abovedamiento de las naves laterales es de crucería sencilla. Los pilares de sustentación son fasciculados, con finísimas columnillas adosadas de estilo igualmente gótico.

La piedra empleada de color rosáceo claro, los grandes lienzos enfoscados de color blanco, el suelo marmóreo y los amplios ventanales hacen de este edificio un espacio enormemente diáfano e iluminado.

Ello permite la esmerada contemplación de los detalles arquitectónicos y de las obras de arte –retablos, pinturas, imaginería, etc– que alberga.

El retablo de la cabecera, obra de Juan Correa de Vivar, destaca por la excepcional talla de la estructura y las doce tablas pintadas que relatan la vida de Jesús. Coronando la obra se encuentran dos grupos escultóricos de gran realismo y sentido de la perspectiva con las escenas de la Crucifixión y la Última Cena.

El coro cuenta con una sillería de madera de nogal del primer tercio del siglo XVI. Se organiza en dos pisos siendo el superior el más ricamente decorado con motivos alegóricos de la Pasión de Cristo, la Exaltación de la Eucaristía y el triunfo de la Iglesia.

En la parte alta del coro se sitúa el magnífico órgano, obra de Josef Martínez Colmenero construida en Madrid en 1703, que es uno de los órganos barrocos más destacados de Castilla-La Mancha.

Ocupando el centro del coro se colocó, ya en el siglo XX, el túmulo funerario con las estatuas yacentes de Doña Teresa Enríquez y su esposo Don Gutierre de Cárdenas, procedente del desaparecido monasterio franciscano de Santa María de Jesús. Don Gutierre de Cárdenas fue una figura prominente en el reinado de los Reyes Católicos, entre otros cargos fue contador mayor del reino, alcalde mayor de Toledo y tuvo un especial papel en la conquista de Granada.

En las naves laterales hay que destacar algunas capillas

En el lado norte la primitiva Capilla Bautismal bajo la advocación de la Virgen del Amor Hermoso y la Capilla de Nuestra Señora del Carmen con un magnífico retablo barroco. Sin embargo, la más importante por su tamaño y características es la Capilla de San Gil, patrón de Torrijos, coronada por bóveda de crucería con arranques mensulados ya cordonados. Junto a ella se conserva una sobria portada renacentista que da acceso a la Sacristía Mayor.

En la nave lateral del sur del edificio se encuentra únicamente una capilla dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, así como el llamado Altar del Viático, un pequeño armario relicario sobre el que se abre una ventana que daba paso a un pasadizo, hoy desaparecido, que comunicaba con el palacio de los Enríquez y permitía a Doña Teresa, la “Loca del Sacramento”, asistir al culto de forma privada.

Toda la actualidad con Cristóbal Cabezas en la sintonía de COPE Toledo.