Diez reclusos de Ocaña portan a hombros al Cristo de la Misericordia de Toledo: "Rompieron a llorar"
El capellán de la prisión nos cuenta que la experiencia fue "brutal"

Reclusos de la cárcel de Ocaña portan a hombros al Cristo de la Misericordia de Toledo
Toledo - Publicado el
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La procesión del Martes Santo en Toledo vivió este año un momento tan inédito como emocionante. Diez reclusos del centro penitenciario Ocaña I cargaron sobre sus hombros la imagen del Cristo de la Misericordia y Soledad de los Pobres, perteneciente a la Cofradía de la Santa Caridad, la más antigua del mundo, fundada en 1085 por, entre otros, el Rey Alfonso VI.
La iniciativa fue posible gracias a un programa impulsado por la Pastoral Penitenciaria en colaboración con la Cofradía y la Dirección del centro penitenciario. Jesús Guzmán, capellán de la prisión, ha explicado a COPE que la actividad tuvo como fin no solo permitir a los internos una salida programada, sino también fomentar su participación en un acto cultural y religioso significativo.
La salida, como ha comentado el capellán, no fue improvisada: fue tramitada por la Junta de Tratamiento del centro, evaluada por el equipo técnico y finalmente autorizada por Madrid. Solo participaron internos clasificados en segundo o tercer grado y que se comprometieron a cumplir con todas las condiciones, incluyendo la abstención de alcohol, drogas y cualquier conducta delictiva. Durante toda la jornada estuvieron acompañados por funcionarios de Instituciones Penitenciarias y la propia directora del centro.
La experiencia fue, en palabras del propio Guzmán, “brutal”. Los internos se mostraron profundamente emocionados, hasta el punto de que algunos rompieron a llorar al cargar la imagen.
Temblaban de emoción, de agradecimiento. Fue muy bonito ver cómo al final se abrazaban entre ellos
La jornada también incluyó una visita cultural por el casco histórico de Toledo, incluyendo lugares emblemáticos como la plaza de Zocodover y la Catedral. Para muchos de los internos, fue su primer contacto con la ciudad.
El capellán calificó la experiencia como profundamente significativa también a nivel personal. “Hoy, Jueves Santo, celebramos el amor fraterno. Y es ahí donde se ve la misericordia de Dios en acción”, explicó. “Como dice el Papa, la Iglesia es un hospital de heridos, y los presos son sus hijos. Es un regalo poder caminar junto a ellos”.
Esta ha sido la primera vez que se realiza una salida programada con estas características desde el Centro Penitenciario Ocaña I. Según Guzmán, el éxito ha sido tal que ya se plantean repetir la experiencia en años futuros. Incluso, a más largo plazo, explorar la posibilidad de solicitar un indulto para alguno de los participantes, como ya se hace en otras ciudades de España.