Adiós a la central térmica de Velilla del Río Carrión: el hecho que acentuó la despoblación en el norte de CyL

Tres meses después de su derribo, existe preocupación sobre el futuro de esta zona de la provincia de Palencia tras la destrucción de muchos puestos de trabajo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La cuestión de la despoblación es uno de los asuntos que más debate está generando en la recta final de esta campaña electoral en Castilla y León. Son muchas las zonas de esta región que tienen déficit de ciudadanos, ya sea porque estos han decidido marcharse a grandes ciudades, incluso otras regiones, o porque faltan algunos servicios fundamentales para el día a día.

Una de estas zonas, en las que la despoblación se ha acentuado mucho más en los últimos meses se encuentra en el norte de la provincia de Palencia, más concretamente en Velilla del Río Carrión. Este municipio tradicionalmente ha sido conocido por la presencia de su central térmica, que fue derruida el pasado mes de octubre. Con aquella decisión, la zona perdió parte de su esencia y multitud de puestos de trabajo, algo que se ha traducido en la marcha de muchas personas a otras zonas de la región para poder encontrar nuevas oportunidades.

Ahora, cinco meses después de su derrumbe, existe pocas esperanzas de futuro, tal y como nos explica Mariano, un reconocido hostelero de la zona que lleva más de 40 años trabajando aquí y dando servicio a todas las personas que trabajan en esta central térmica. Según explica Mariano, las demoliciones de la zona conocida como 'poblado', donde se encuentra su restaurante, están planteadas para un corto y medio plazo, acentuando mucho más la crisis de la zona.

En números, este veterano camarero nos ha explicado que si antes daba una medida de 200 comidas ahora difícilmente llega a 40, haciendo mucho más complicada la idea de intentar construir un futuro para los más jóvenes. "Se hace de noche y esto se muere", explicaba Mariano emocionado al ver cómo lo que ha sido su vida durante más de cuatro décadas pierde cualquier esperanza de futuro.

Junto a Mariano trabaja en este negocio familiar su hija Silvia, que ha crecido aquí y ha vivido también los años dorados que comenta su padre. Silvia nos explica que tampoco tiene esperanzas de que la situación se pueda revertir en la zona, e incluso nos subraya que tiene pensando afrontar nuevos retos lejos de aquí una vez el negocio, que ha sido muy importante para su familia, sea derruido completamente.

Sobre esa cuestión, Mariano, que ya se encuentra en edad de jubilación, ha explicado que aguantará detrás de la barra hasta que los responsables de estas infraestructuras decidan derruirlas completamente, llenando así de recuerdos una zona que palpitaba ilusión y tenía ganas de futuro no hace mucho tiempo.