RELIGIÓN
La Santa Sede otorga el título de Basílica Menor a la iglesia de La Santa de Ávila
La Santa Sede otorga el título de Basílica Menor a la iglesia de La Santa (Ávila), casa natal de Santa Teresa de Jesús
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ya es oficial. La iglesia de la Santa será considerada Basílica Menor. Tras la petición formal realizada al Vaticano por Mons. Gil Tamayo, respaldada con los informes y datos aportados por la Orden del Carmelo, el Nuncio de Su Santidad en España acaba de hacer llegar al Administrador Apostólico de Ávila el Decreto por el que se confiere este título “a la iglesia conventual de Santa Teresa de Jesús, edificada sobre la casa natal de la Santa abulense”. Un templo descrito por el propio Nuncio Apostólico en su carta como “este lugar sagrado tan importante para la Diócesis de Ávila y la Iglesia universal”.
La concesión del título de Basílica Menor se contempla en el Decreto firmado por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recuerda que dicho título “trata de intensificar el vínculo con la Iglesia de Roma y con el Santo Padre, además de promover, al mismo tiempo, su ejemplaridad como centro de particular acción litúrgica y pastoral en la Diócesis”.
Con este motivo, el próximo sábado 27 de agosto a las 20 horas, Mons. Gil Tamayo presidirá la ceremonia religiosa por la que La Santa pasará a ser Basílica Menor. Un momento único en nuestra diócesis, al cual estamos llamados a participar todos los f ieles y devotos de Santa Teresa de Jesús. Un verdadero regalo para este Año Jubilar que estamos celebrando con motivo del IV Centenario de la Canonización de la Santa andariega.
La palabra “basílica” proviene del latín basílica, y a su vez del griego basiliké, que significa “casa real”. Estos templos están considerados como el centro espiritual y de evangelización de una comunidad y sirve también para difundir una devoción especial a la Virgen María, a Jesús o algún santo. En el caso que nos ocupa, por ejemplo, la devoción a Santa Teresa de Jesús. Asimismo, las Basílicas suponen un vínculo particular con la Iglesia Romana y con el Santo Padre.
Las Basílicas también acogen tesoros sagrados de la Iglesia Católica, como las tumbas y reliquias de santos. En el caso de la iglesia de la Santa, como el propio Decreto explica, podemos encontrar el lugar donde nació y vivió su infancia la propia Teresa de Jesús, amén de varias reliquias. Se les llama "Menores" para distinguirlas de las cuatro Basílicas Mayores que hay en Roma: la Basílica de San Pedro en el Vaticano, San Pablo Extramuros, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor.
Todas ellas poseen un altar mayor en el que solo el Papa y sus delegados pueden celebrar la Santa Misa. En cambio, las Basílicas Menores suelen ser santuarios y catedrales que reciben una gran cantidad de peregrinos por su importancia histórica, como es el caso de la iglesia de La Santa, centro mundial de peregrinación teresiana por excelencia. Todas ellas obtuvieron el título de Basílica por una concesión del Papa o del Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, siendo este último caso el que concierne al templo abulense. En total existen más de 1500 Basílicas Menores en todo el mundo.
La más antigua de todas ellas, la de San Juan de Letrán, que data del año 324. Deberes de las Basílicas Menores Tal como indica el Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, la concesión del título de Basílica Menor lleva consigo una serie de “comp romisos y deberes de carácter litúrgico-pasto ral”, reguladas asimismo por el decreto "Domus Ecclesiae" (9 de noviembre de 1989), promulgado por la misma Congregación para el Culto Divino.
Estos serían los deberes de una basílica pontif icia que tendrá que llevar a cabo el templo abulense:
- Promover la formación litúrgica de los f ieles en la Basílica Menor, a través de grupos litúrgicos, cursos educativos particulares, ciclos de conferencias y otras iniciativas de este tipo.
- Entre las actividades de la Basílica, debe darse gran importancia al estudio y difusión de los documentos del Santo Padre y de la Santa Sede, en particular los relativos a la Sagrada Liturgia.
- Las celebraciones del año litúrgico deben prepararse y realizarse con gran cuidado, especialmente durante el Adviento, el tiempo de Navidad, la Cuaresma y la Pascua.
- La Palabra de Dios se debe proclamar a menudo tanto a través de la homilía como a través de la predicación extraordinaria.
- Se promoverá la participación activa de los fieles tanto en la celebración eucarística como en la Liturgia de las Horas, especialmente en Laudes y Vísperas. Además, deben cultivarse dignamente las f ormas aprobadas de piedad popular.
- Dado que la acción litúrgica adquiere una forma más noble cuando se desarrolla con el canto, se debe procurar que grupos de f ieles se unan al canto de las distintas partes de la Misa.
- Para expresar claramente el vínculo particular con el que la Basílica Menor se une a la Cátedra romana de Pedro, cada año se debe celebrar con especial cuidado la f iesta de la Cátedra de San Pedro (22 de febrero), la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo (29 de junio), así como el aniversario de la elección o el comienzo del supremo ministerio pastoral del Santo Padre.
Además de estos deberes y compromisos, el título de Basílica Menor lleva consigo una serie de concesiones al templo en cuestión, como también recoge en un anexo el Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Así, según recoge igualmente el “Domu s Ecclesiae” (1989), existen tres concesiones relacionadas con el título de Basílica. Y la primera de ellas es, sin duda, la más importante.
Es el gran regalo espiritual. La definición clásica dice que la indulgencia es la remisión de la pena de los pecados, ya remitida en cuanto a la culpa.
La indulgencia es, por tanto, la misericordia de Dios que libera al pecador arrepentido de las consecuencias negativas y los residuos de todo pecado. Esta liberación requiere una verdadera conversión interior, un desprendimiento de todo apego al pecado, que se expresa en el Sacramento de la Penitencia, y que se completa con la participación en la Eucaristía.
Esta posibilidad de obtener la indulgencia se of rece a quienes realizan una obra penitencial, caritativa o de oración indicada por la Iglesia, como bien venimos haciendo en este Año Jubilar. Así, “los fieles que visiten la Basílica con alma piadosa y participen en ella de algún rito sagrado, o al menos recen el Padrenuestro y el Credo, pueden obtener la indulgencia plenaria en las condiciones habituales (confesión, Comunión, oración según las intenciones del Papa):
La Basílica Menor tiene la posibilidad de utilizar el emblema pontificio. Una concesión que también manif iesta visualmente el vínculo entre el templo y el Santo Padre. Este emblema, que son las llaves decusadas o cruzadas, puede ser utilizado en los estandartes, en el mobiliario, o bien en el sello de la propia Basílica.
El rector de la Basílica o quien la presida puede usar la muceta negra con bordes, ojales y botones rojos, en la sotana y en la sobrepelliz Es un pequeño signo de honor, de uso f acultativo, dada la particular dignidad de la basílica entre otras iglesias