Así es la exposición 'Lux' de Las Edades del Hombre que acoge Burgos

Cuenta con 120 obras de arte sacro procedentes de cuarenta de catedrales del país, 26 de ellas de la Seo burgalesa

Exposición 'Lux' de la Fundación Las Edades del Hombre, en la Catedral de Burgos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las Edades del Hombre de Burgos intentan explicar el origen y el significado de las catedrales con la exposición de 120 obras de arte sacro procedentes de cuarenta de catedrales del país, 26 de ellas de la Seo burgalesa, que participan con la cesión de sus obras como homenaje al VIII Centenario del templo, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

La vigésimo quinta edición de la exposición de Las Edades del Hombre ‘Lux’, enmarcada en la celebración del Año Santo Jacobeo 2021 y el VIII Centenario de la Catedral de Burgos se extiende en los dos claustros de la Catedral: el Alto (en las capillas del Corpus Christi, Sala Capitular y Sata Catalina) y el Bajo (en la sala del beato ‘Valentín Palencia’), con la finalidad de que la capital castellana sea “el centro de la fe, el arte y la cultura”, según subrayó uno de los comisarios de la exposición y delegado diocesano de Patrimonio de la archiodiócesis de Burgos, Juan Álvarez Quevedo.

La exposición, con el hilo conductor de la Virgen María, se inicia en Burgos y recorrerá las iglesias de Santiago y Santa María del Camino en Carrión de los Condes y el santuario de La Peregrina y la iglesia de San Tirso en Sahagún a partir de hoy y hasta finales de diciembre, antes de dar el relevo a una nueva exposición ya anunciada para 2022 en Plasencia (Cáceres).

El secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, Gonzalo Jiménez, destacó que la edición de este año, la número 25, en los 33 años de existencia del ciclo expositivo, es la “más extensa” de las que ha abordado la institución ya que discurre por tres provincias y cinco sedes expositivas, al tiempo que resaltó que también “muy rica” con “obras magníficas”.

Asimismo, Álvarez Quevedo subrayó que ‘Lux’ en el templo gótico burgalés “ayuda” con el VIII Centenario de la Catedral que se conmemora este año, con la celebración también del Año Santo Jacobeo y también sirve, dijo, como “comienzo para que el visitante llegue a Carrión de los Condes y Sahagún”. “No somos exclusivistas”, exclamó.

‘Fe y arte en la época de las catedrales (1050-1550)’

Otro de los comisarios de la exposición y catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Burgos (UBU), René Jesús Payo, precisó que la exposición ‘Lux’ cuenta con dos subtítulos, uno para la Catedral de Santa María de Burgos ‘Fe y arte en la época de las catedrales (1050-1550)’ y otro para las sedes de Carrión de los Condes y Sahagún. La figura protagonista del relato expositivo de ‘Lux’ es la figura de la Virgen María y su presencia constante en las catedrales, iglesias, ermitas y monasterios que jalonan la Ruta Jacobea.

El recorrido en el templo burgalés comienza con la imagen elegida para el cartel de la exposición. Se trata de una de las vidrieras más antiguas existentes en el patrimonio nacional en la que la Virgen María es coronada por facilitar que la luz viniera al mundo y que pertenece al convento de las Úrsulas en Salamanca. Se trata, según subrayó René J. Payo, de una obra que con toda probabilidad pudiera ser de los maestros Francisco de Ayala (1519) y de Arnao de Flandes (ya fallecido en 1535), vidrieros tardogóticos ligados a los talleres burgaleses.

En esta línea, Payo concretó que la exposición de arte sacro en la Seo de Burgos intenta explicar qué es una catedral, el origen y el sentido de estos templos, a través de siete capítulos titulados ‘Episcopalis Sedis’ (obispos y cabildos testigos de la luz), ‘Opus Fabricae’ (La casa de la luz eterna), ‘Servi Dei’ (Los grandes protectores), ‘Ecclesia Militans’ (En búsqueda de la luz), ‘Dolens Ecclesia’ (A la espera de la luz definitiva), ‘Triumphans Ecclesia’ (En el gozo de la luz) y ‘Maiestas Domini. Maiestas Marie’ (“La luz de Cristo, la luz divina y la luz de María que nos acompaña al encuentro de esta luz definitiva”, explicó René J. Payo).

Puerta de acceso del antiguo Palacio Arzobispal

La encargada de dar la bienvenida a los visitantes, en el primer capítulo, es la reproducción del arco o portada de la puerta de acceso del antiguo Palacio Arzobispal (antes se encontraba unido al templo donde en la actualidad se ubican las oficinas, en la zona claustra vieja) a la Catedral, que data del año 1.200 y que se ha colocado en el Claustro Alto, con unas dimensiones de unos 2,25 metros de alto por 2 metros de ancho. Es una reproducción que sirve, según explicó Álvarez Quevedo, para “recordar que la catedral está unida al obispo”.

En este espacio llama la atención la presencia de la única obra contemporánea de la muestra titulada ‘Doce obreros en busca del líder’, obra de Juan Bordés, realizada para la ocasión este año en bronce y termoplástico. También destaca entre todas las joyas artísticas una de las pocas obras que no pertenecen a ninguna catedral como es la escultura de Fray Lope de Barrientos (siglo XV) procedente del Museo de las ferias de Medina del Campo (Valladolid).

En este primer capítulo también resaltan dos obras de burgaleses como son la imagen yacente del sepulcro del obispo de Burgos, don Mauricio, fundador de la Catedral, que data de 1238, así como la del obispo Luis de Acuña, fundador del Retablo del Árbol de Jesé, obra de Gil de Siloé (1490-1500). Sin embargo, el comisario Álvarez Quevedo llama la atención sobre el cáliz de los Condestables, netamente de oro, que pertenece a la Capilla de los Condestables de la segunda mitad del siglo XV.

En el segundo capítulo se muestran los documentos y testimonios de la construcción de las catedrales. Se abre con una escultura del ángel protector de la ciudad de Burgos, obra de Rodrigo y Martín de la Haya (1566-1580) y que, según destacó, “guarda relación con los ángeles que protegen la Catedral desde la parte alta de la Seo”.

La belleza de la vidriera de Santa Catalina de Arnao de Flandes (1511), pareja de la imagen del cartel de ‘Lux’, se expone también en este espacio, así como el Libro de contabilidad de la Seo (1514-1562), la lápida conmemorativa de la inauguración de la Catedral románica de Tortosa, o la gran escultura de la maqueta de la catedral de Sevilla (siglo XVI) con los obispos San Leandro y San Isidoro antes de la invasión musulmana, entre otras.

El tercer capítulo, ‘Servi Dei’ (Los grandes protectores), muestra los que colaboraron para llevar a cabo y realizar la construcción de las catedrales. Llama la atención una gran escultura del rey David tocando el arpa de la Fachada del Pórtico de La Gloria del maestro Mateo de la catedral de Santiago de Compostela (hacia 1200), así como diferentes obras de los Condestables, los Reyes Católicos y algunos mecenas. Por su importancia, Álvarez Quevedo destaca algunas como el cáliz de los Condestables o la corona y el cetro de Isabel la Católica.

La cuarta parada expone elementos de “la Iglesia militante, purgante y triunfante”, precisó. “La forma de celebrar la Catedral, el culto divino a través de obras de arte”, apostilló. De esta forma, se muestran un cantoral de Osma, la capa de los Condestables, la capa de Toledo, una custodia de la Catedral de Zamora, la Cruz arciprestal de la Catedral de Burgos o la corona del rey Sancho IV.

‘Dolens Ecclesia’ (A la espera de la luz definitiva) es el título del quinto capítulo de ‘Lux’ en la Catedral burgalesa y se traduce, explicó, en “la Iglesia purgante, la Iglesia que se arrepiente”. En este espacio se exhiben elementos que “marcaban la muerte”. Puede verse el sepulcro del príncipe Sancho, una representación de la muerte de la catedral de Salamanca, un tenebrario de la catedral de Burgos, el sepulcro del obipos de Lérida, así como un paño fúnebre de los Condestables de Castilla (segunda mitad del siglo XV). Pero, sobre todo, en este punto resalta el Ajuar funerario del arzobispo Jiménez de Rada (siglo XIII) que se encuentra habitualmente en el Monasterio de Santa María de Huerta (Soria).

Claustro Bajo

El sexto capítulo, ‘Triumphans Ecclesia’ (En el gozo de la luz) se encuentra ya en el Claustro Bajo y resume “la Iglesia triunfante”. “Es un recuerdo que nos hace descubrir el gozo de la luz”, dijo Álvarez Quevedo. “Se refiere a los santos que han triunfado a los que la Iglesia les ha reconocido como santos”, apostilló. Aquí se puede contemplar el Busto Relicario de San Valero (siglo XVIII) de la catedral del salvador de Zaragoza, siendo ésta su primera vez que sale del templo aragonés. Tablas alfonsíes, relicarios, la Arqueta de San Genadio (siglo X) del Museo de la catedral de Astorga (León) son otras de las obras.

Finalmente, el capítulo siete hace alusión al triunfo de la Virgen y de Cristo y da a entender al visitante “cómo es el triunfo de la luz; la luz más allá del mundo”, explicó el comisario. “Son Cristo y la Virgen con unas obras extraordinarias que preparan ya la exposición de Carrión de los Condes y Sahagún, que va a tratar de la Virgen”, apostilló.

En esta sala destacó obras como el Relicario del Santo Sepulcro (1255-1258), el retablo de las Navas de Tolosa (1440-1449), ambas de la Catedral de Pamplona (Navarra), así como imágenes de la Virgen de las grandes catedrales, sobre todo, de Castilla y León, aunque también de Toledo o valencia. Destacó sobre las demás la Virgen del Tesoro/Santa María de Toledo (hacia 1200) de la Seo castellano manchega o la imagen que cierra la muestra, que es la Virgen de la Claustra (anónimo, hacia 1300) de la Catedral de Ávila.