Los neandertales del yacimiento de Prado Vargas reciclaban sus herramientas de forma habitual hace 46.000 años

La campaña de este año permite recuperar cerca de 2.000 restos que verifican que los neandertales reutilizaban sus herramientas de piedra, alargando su vida útil

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La séptima campaña de excavación en la cueva de Prado Vargas, en la provincia de Burgos, permite recuperar cerca de 2.000 restos que verifican que los neandertales reutilizaban sus herramientas de forma habitual hace 46.000 años. El pasado lunes 22 de agosto finalizó, tras 20 días de trabajo, esta nueva campaña en el yacimiento situado en la localidad de Cornejo , en la Merindad de Sotoscueva, que forma parte del BIC y del Monumento Natural de Ojo Guareña.

El equipo codirigido por la profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos, Marta Navazo Ruiz, el investigador del Centro Nacional en Evolución Humana, Alfonso Benito Calvo, y el responsable de Didáctica y Dinamización del Museo de la Evolución Humana y profesor Asociado de Prehistoria en la UBU, y Rodrigo Alonso Alcalde, estuvo formado por 21 estudiantes la mayoría de ellos de la Universidad de Burgos, y de las Universidades de Valladolid y Salamanca.

En esta campaña se han descubierto numerosos núcleos de sílex que presentan evidencias de haber sido reciclados. Para la fabricación de sus cuchillos los neandertales de Prado Vargas buscaban y seleccionaban en los alrededores de la cueva fragmentos de sílex que llevaban a la cavidad para golpearlos y obtener sus lascas o cuchillos. Estos fragmentos de sílex se conocen con el nombre de núcleos y se explotan de forma sistemática hasta que su tamaño es tan pequeño que no permite obtener más lascas y se abandonan. Sin embargo, los neandertales que ocuparon la cueva de Prado Vargas hace 46.000 años, una vez agotaban los núcleos, en vez de descartarlos y abandonarlos, los reciclaban.

Para ello lo que hacían era golpear una de las pequeñas caras de los núcleos agotados, modificándolos y generando un nuevo filo que les podía servir para limpiar una piel, trabajar la madera o descarnar un animal. De esta manera a los núcleos que en origen sirvieron para obtener lascas se les daba una segunda vida transformándolos en herramientas dedicadas a una actividad concreta. Esta práctica de reciclaje neandertal fue publicada este mes en la revista especializada 'Lithic Technology', si bien esta nueva campaña de excavación ha permitido recuperar nuevos núcleos con este tipo de reciclajes, que ratifican, que los grupos de cazadores y recolectores neandertales que habitaron en Ojo Guareña no realizaron estos comportamientos de forma aislada, sino que se convirtió en una práctica habitual en sus procesos de fabricación de herramientas.

Los trabajos en esta campaña se han centrado en el sector central del nivel 4, donde se ha abierto una nueva zona de excavación más próxima a la entrada de la cavidad. Junto a este sector se ha intervenido en el sector 'Hornacina', excavándose en total treinta metros cuadrados del nivel 4. Este nivel, con ocupaciones neandertales, esta datado en 46.000 años y lleva interviniéndose de forma continuada desde 2016, lo que ha permitido trabajar una superficie total de excavación de sesenta metros cuadrados.

La campaña de este año ha permitido verificar la gran riqueza de este nivel, documentándose cerca de 2.000 nuevos restos entre fragmentos de huesos de animales consumidos, carbones, cuchillos de piedra y restos de talla producidos en la fabricación de dichos cuchillos. El sílex es la roca predominante que utilizaron los neandertales de Prado Vargas para la fabricación de sus herramientas, si bien en ocasiones puntuales se sirvieron de otros tipos de roca como cuarcitas y lutitas. Junto a estos hallazgos destaca el descubrimiento esta campaña de varios retocadores de hueso, que sumados a los recuperados en las campañas anteriores, eleva el número de estas herramientas a dos centenares. Los retocadores óseos son fragmentos de huesos largos de animales que los neandertales utilizaron para modificar los filos de las herramientas de piedra. La gran cantidad de estos objetos sitúa a Prado Vargas como un "lugar clave" para el estudio de esta tradición cultural.

Prado Vargas

Paralelamente al trabajo de campo, el equipo de Investigación del yacimiento organizó una serie de actividades que permitieron dar a conocer los avances y resultados del proyecto a los ciudadanos de las localidades circundantes. El miércoles, 10 de agosto, se desarrolló en la localidad de Quisicedo una conferencia en la que se dieron conocer los últimos resultados científicos publicados sobre el yacimiento. El domingo, 14 de agosto, se llevó la tradicional jornada de puertas abiertas en la que participaron cerca de un centenar de personas. Los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer in situ los avances en la excavación del nivel 4 en su sector central y ver los materiales que durante ese día se estaban descubriendo.

La actividad estrella de toda esta línea de actuación de divulgación científica fue el taller de lavado de sedimentos arqueológicos provenientes de este yacimiento. Esta actividad, organizada con la colaboración con las empresas Volandoando, Ráspano Ecoturismo y la Casa del Parque del Monumento Natural de Ojo Guareña, contó con la participación de 71 personas que se han encargado de recuperar los diminutos restos de talla y fragmentos de huesos, así como los pequeños huesos de topillos y roedores que entraron en la cueva de Prado Vargas hace 46.000 años.

Desde su puesta en marcha el proyecto de investigación en Cueva Prado Vargas cuenta con el apoyo económico y material de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial de Burgos, el Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva, las localidades de Cornejo y Quisicedo, la Casa del Parque del Monumento Natural de Ojo Guareña, las asociaciones locales La Escuela de Cornejo y Naboqui de Quisicedo, el Bar Goiko, de Benigno Gómez y de todos los vecinos de la zona que muestran un especial interés por conocer y divulgar el patrimonio arqueológico de su territorio.