Más del 50% de las empresas de Burgos mejoran su facturación en el primer semestre de 2022
Las empresas burgalesas arrojan en este ejercicio las peores cifras de exportación de los últimos cinco años, exceptuando el 2020
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Más del 50 por ciento de las empresas de Burgos han mejorado su facturación en el primer semestre del año, con respecto al mismo periodo de tiempo en 2021, y más del 75 por ciento ya han recuperado o aumentado su recaudación respecto a 2019, año previo a la pandemia. Sin embargo, un 53 por ciento de las empresas burgalesas considera que en el segundo semestre de 2022 les irá “peor que ahora”, frente a un 15 por ciento que prevé que “crecerá” en los últimos seis meses del año.
Así lo recoge el Índice de Confianza Empresarial de Burgos, correspondiente al primer semestre de 2022 y elaborado por la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE), que tomó como muestra unas 200 empresas del entorno burgalés. El tesorero de FAE, Ignacio San Millán, acompañado de la secretaria general de la Confederación y el vicesecretario de la misma, Emiliana Molero e Íñigo Llarena, presentaron hoy los resultados de esta encuesta que estudia la actividad económica de las empresas de la provincia.
En relación a los datos de empresas que cuya facturación ha crecido durante los últimos seis meses, explicaron que, en el 80 por ciento de los casos, su mejoría se cifra entre el 1 y el 25 por ciento. Pese a ello, destacan que crece en un 5 por ciento el porcentaje de empresas cuya situación ha empeorado este semestre, alcanzando así la cifra del 20 por ciento del total. Tal y como indicaron los representantes de FAE, preocupa en este caso que el 40 por ciento de esas empreas han reducido su facturación “en más de un 25 por ciento”.
Hicieron especial hincapié en la opinión de las empresas burgalesas de cara al segundo semestre del año, a consecuencia de la crisis económica por la guerra en Ucrania, el incremento del precio del precio de la energía u otros factores. En esta línea señalan que en el estudio elaborado el pasado ejercicio, solo un 7 por ciento de las empresas creía que les iría peor en el segundo semestre, porcentaje que se sitúa este año en el 53 por ciento; mientras un 40 por ciento preveía un crecimiento que hoy solo cree un 15 por ciento.
“El Índice de Coyuntura refleja el peor comportamiento de la balanza comercial durante el semestre analizado. Las empresas burgalesas arrojan las peores cifras de exportación de los últimos cinco años, exceptuando el 2020”, subrayó San Millán. Una situación que asegura que les llama la atención, dado que las exportaciones se han incrementado en el conjunto nacional, no siendo así en Burgos. “Llevamos unos años que estamos de retroceso”, apuntó. Por ello, cree que las empresas burgalesas deberían “aprovechar” la paridad del dólar con el euro, porque esta situación podría ser “ventajosa” para las exportaciones. “La gente va a poder comprarnos más, sobre todo países que no son miembros de la Unión Europea”, añadió.
Empleo
En materia de empleo, el estudio elaborado por FAE apunta que durante los primeros meses de 2022, y continuando la tónica de los dos semestres anteriores, el empleo “continúa estable” en la provincia de Burgos. La dinámica continúa también en la creación de puestos de trabajo y se mantiene, como en el semestre anterior, la creación de empleo por parte de una de cada tres empresas burgalesas. En el mismo sentido, la creación de empleo se sitúa a niveles de hace cuatro años.
Sin embargo, señalan que el “pesimismo existente entre las empresas para después del verano”, se traslada al empleo, pues el 14 por ciento planea reducir puestos de trabajo, si bien el 17 por ciento prevé aumentarlo y el 69 por ciento mantenerlo.
Por otro lado, el 45 por ciento de las empresas no han tenido dificultades para adaptarse a la última Reforma Laboral, valorándola “positivamente” el 11 por ciento de ellas. Otro 45 por ciento afirma haber “tenido dificultades” para encajar las nuevas modalidades de contratación.
Situación de las empresas
Asimismo, en relación a la situación en la que se encuentran las empresas, la encuesta señala que el 70 por ciento de las empresas burgalesas considera que sus previsiones de actividad son “normales o altas”, lo que significa unas décimas porcentuales por encima del semestre anterior. Además, el Índice de Coyuntura Económica indica que para el 30 por ciento de las empresas que ya nota bajada en su cartera de pedidos, esta se debe, en primer lugar, al descenso del consumo y, en segundo lugar, a la elevación de sus precios a la que se han visto obligados como consecuencia del incremento del coste de sus materias primas.
Como consecuencia de la incertidumbre económica, el 17 por ciento de las empresas prevé modificar a la baja sus planes de inversiones, si bien el 85 por ciento afirma que mantendrá su estrategia en este capítulo.
Respecto a la financiación, tres de cada cuatro empresas burgalesas afirman no tener problemas en este aspecto si bien un 10 por ciento de ellas reconoce “tener problemas” para acceder a ella, mientras que el 15 por ciento del total prevé recurrir a financiación externa si se cumplen las previsiones de empeoramiento económico. El estudio apunta que ninguna de las empresas encuestadas considera que la economía mejorará en la segunda parte del año. De hecho, el 40 por ciento cree que comenzará una crisis que durará varios meses mientras que el 45 por ciento es aún más pesimista y vaticina que comenzará una recesión “profunda y persistente”.
Las empresas que prevén una recesión económica plantean como posibles soluciones un cambio político (32 por ciento); la bajada del precio de las materias primas (24 por ciento) y descenso de los costes energéticos (24 por ciento). A medio plazo la principal preocupación de las empresas es el encarecimiento de la energía y de las materias primas (60 por ciento); la disminución del consumo (35 por ciento) y por último el crecimiento de los tipos de interés (7 por ciento).
La secretaria general de la Confederación, Emiliana Molero explicó que la conclusión final de este estudio señala que durante el primer semestre de 2022 el comportamiento de las empresas burgalesas ha sido “positivo”, en mejoría de su facturación, aumento del empleo y carga de pedidos actual.
Sin embargo, añade que existen una serie de elementos que comienza a “preocupar”, como son la reducción de las exportaciones, el aumento del porcentaje de empresas que ha comenzado peor este año que el anterior, y afloran temas como la necesidad de financiación en algunas empresas y los ya conocidos problemas por el encarecimiento de las materias primas y el aumento de los precios de la energía.
“Lo que más preocupa es el enorme pesimismo que tienen las empresas para después de verano. Es unánime que comenzaremos en España un periodo de crisis o recesión que se trasladará al empleo y a la tentación ralentización de la economía provincial”, apunta. Asimismo afirma que “inquieta” a medio plazo que siga creciendo el coste de materias primas y energía o disminuya el consumo.
A preguntas de los medios acerca de cuáles son los sectores más pesimistas, San Millán indicó que el que “peor futuro” tiene es el sector primario y el industrial, dado el impacto que está teniendo la guerra en Ucrania y la inflación en este último. Asimismo, también apunta a los sectores de la construcción y de la hostelería como grandes “perjudicados”. El último, dado la subida de los precios tras el verano que llevarán a la gente a salir menos de comidas y cenas. “Vamos a tener que apretarnos el cinturón”, apuntó.