Un niño de 9 años será el "Obispillo" en 2020 con tradición adaptada al covid-19

Rodrigo Rojo Palacín estará acompañado por Sergio Sáiz Córdoba e Íñigo Cerdá Esteban como Vicario y Secretario respectivamente

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Redacción COPE Burgos

Burgos - Publicado el - Actualizado

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Rodrigo Rojo Palacín, niño de 9 años que estudia 4º de Educación Primaria en el Colegio Blanca de Castilla, y que hizo su Primera Comunión el pasado 19 de Septiembre en la Capilla de Santa Tecla de la catedral de Burgos, ha sido elegido por sus compañeros entre los miembros del coro infantil ‘Pueri Cantores’ de la Catedral el ‘Obispillo’ de este 2020, dando vida a una tradición que en esta edición se ha tenido que adaptar para responder a las medidas de prevención contra el coronavirus.

Le acompañarán Sergio Sáiz Córdoba como Vicario e Íñigo Cerdá Esteban como Secretario.

Según ha informado en una nota la Escolanía catedralicia, la primera novedad es que no se ha podido celebrar la ceremonia de ‘Proclamación del Obispillo’, un acto que se ha venido desarrollando los últimos años en la Sala Polisón del Teatro Principal.En su lugar, se ha difundido el Acta de Proclamación del niño, debido a las restricciones existentes en la ciudad de Burgos en cuanto a reuniones de personas en actos públicos.

La investidura se mantendrá en el Monasterio de las Madres Salesas, el 28 de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, aunque con las limitaciones de aforo establecidas para ese momento y sin celebrar posteriormente la visita a la residencia de ancianos de Barrantes y el paseo a caballo desde la Catedral hasta el Ayuntamiento de Burgos.

La tradición del Obispillo proviene de las catedrales de Europa, y en el caso de la capital burgalesa se remonta al siglo XV, cuando un niño de la escolanía "Pueri Cantores" de la Catedral era escogido para ser investido y recibir honores de Obispo durante el día de los Santos Inocentes.

Al pequeño se le montaba en una mula blanca y recorría la ciudad visitando el Monasterio de las Huelgas y el Hospital del Rey, lo que se ha mantenido desde entonces con algunos paréntesis y pequeños cambios, como el hecho de que en las últimas ediciones se había sustituido la mula por un caballo blanco y el recorrido llevaba al ‘Obispillo’ al Ayuntamiento, donde pronunciaba un discurso desde el balcón consistorial.