La Pascua del trabajo

Mensaje del arzobispo de Burgos, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, para el domingo 23 de abril de 2023

ctv-jzj-iceta-12

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, III Domingo de Pascua, cuando celebramos la Pascua del Trabajo, retomo aquellas palabras del Santo Padre para recordar la dignidad del trabajo y la necesidad de promoverlo en condiciones justas y humanizadoras. Un canto a la Doctrina Social de la Iglesia, que desea con todas sus fuerzas velar por la integridad de las personas y de la sociedad: «Cada vez que esta se vea amenazada, o reducida a un bien de consumo, la Doctrina Social de la Iglesia sera? voz profe?tica que nos ayudara? a todos a no perdernos en el mar seductor de la ambicio?n. Cada vez que la integridad de una persona es violentada, toda la sociedad empieza a deteriorarse».

En este alto en el camino que Dios nos concede, tomamos conciencia de los desvelos, las alegri?as y las esperanzas de nuestros hermanos y que deben ocupar nuestro corazo?n.

Si la conversio?n a Cristo que celebramos en esta Pascua nos hermana en su amor y constituye un nuevo nacimiento (cf. 1 P 1, 3), no podemos permanecer indiferentes ante el que sufre, por las circunstancias que sean; personales, familiares, laborales…

Cuando el trabajo deja de ser una expresio?n digna de la persona, que la perfecciona, entonces deja de formar parte de la preciosa obra que Dios penso? para ese hijo suyo. Porque nuestro compromiso cristiano adquiere autenticidad cuando abrimos de par en par el alma a quienes sufren porque, desgraciadamente, se ven obligados a sobrevivir en los ma?rgenes de la sociedad. Solo asi?, queda?ndonos donde ma?s sangran la pobreza, el desamparo y la marginacio?n, apreciamos verdaderamente el inmenso amor que el Padre nos tiene.

En este sentido, se debe garantizar la proteccio?n plena de los trabajadores mediante el respeto de sus derechos fundamentales. Au?n tengo grabadas las palabras del Papa Francisco en la Misa de Gallo de 2021: «¡No ma?s muertes en el trabajo! Y esforce?monos por lograrlo». Una llamada especial a concienciarnos de la necesidad de sensibilizarnos ante la siniestralidad laboral que abandona el cuidado de la vida en el a?mbito del trabajo. Jesu?s vino a «ennoblecer a los excluidos», exhortaba el Santo Padre, y por eso eligio? nacer cerca de los pastores y «de los olvidados de las periferias». Dios «viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo; nos recuerda que? importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero tambie?n dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es sen?or y no esclavo del trabajo», confeso? durante aquella celebracio?n que hoy esta? ma?s presente que nunca.

Y si la vida, queridos hermanos y hermanas, es el mayor bien que atesoramos, hemos de tener presente que el trabajo tiene que realizarse en plenas condiciones de dignidad. Cuando la persona deja de estar en el centro, todos los derechos se desmoronan. Como Iglesia, recojamos esta llamada a poner a la persona en el lugar que le corresponde y a hacer, del a?mbito laboral, un espacio humano, saludable, que nos permita expresar la capacidad creadora que Dios ha puesto en nuestras manos. ¡Que? importante es no olvidar jama?s la dimensio?n del cuidado en todas y cada una de nuestras acciones!

Le pedimos a la Virgen Mari?a que este llamamiento a la caridad profesional que hoy celebramos con la Pascua del Trabajo, sirva para que el vi?nculo de fraternidad en Cristo nos haga ma?s fraternos, hasta que podamos escuchar, como dijo a sus disci?pulos: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su sen?or; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oi?do a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15).

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga en este domingo de Pascua.