Rodrigue Kwizera y Daisy Jepkemei triunfan en el Cross de Atapuerca

El mejor español y europeo fue Adel Mechaal, que a pesar de sufrir los ritmos de los atletas africanos se jugó al sprint la sexta plaza con Tadese. En féminas, la primera española fue Carolina Robles, vigente campeona de España

Ricardo Ordóñez

XX edición del Cross Internacional de Atapuerca

Redacción digital

Madrid - Publicado el

5 min lectura

      
      
             
      

La 20ª edición del Cross de Atapuerca, encuadrado en la categoría ‘Gold’ del circuito de World Athletics, se saldó hoy con las respectivas victorias del burundés Rodrigue Kwizera y la kazaja, de origen keniata, Daisy Jepkemei, siendo la primera victoria para ambos en tan prestigioso evento.

La climatología finalmente respetó bastante a los miles de participantes y fueron las mujeres quienes protagonizaron la primera de las carreras reinas, las absolutas; sobre la verde alfombra burgalesa intercalada por un gran charco de agua, las tres favoritas se distanciaron en cabeza nada más sonar el pistoletazo, la burundesa Francine Niyomukunzi, Jepkemei y la keniata Grace Nawowuna, apareciendo en lontananza la avanzadilla del grupo perseguidor, con Carolina Robles y la portuguesa Mariana Machado al frente de las operaciones, seguidas muy de cerca por María Forero.

Sorpresivamente, Niyomukunzi empezó a perder comba poco después del segundo kilómetro, tal era el ritmo impuesto por Jepkemei, a quien seguía pisándole los talones Nawowuna, ambas viajando a una cadencia de 3:07, ritmo endiablado tratándose de campo a través.

Ricardo Ordóñez

XX edición del Cross Internacional de Atapuerca

Completados los tres primeros kilómetros, el dúo delantero aventajaba en 10 segundos a la burundesa, quien a su vez acumulaba 14 de renta sobre Robles y Forero, divisándose por detrás un trío compuesto por la alemana Elena Bukard, Machado e Idaira Prieto.

En cabeza, Jepkemei seguía tensando la cuerda sin que la keniata pasara a darle el relevo y el margen con respecto a Niyomukunzi no cesaba de incrementarse, ya 25 segundos en el ecuador de la prueba, a falta de dos vueltas para el epílogo. Poco antes, la experimentada Robles, vigente campeona de España, se había desembarazado de la prometedora Forero, a la que empezaba a amenazar el trío que la perseguía con denuedo. Para entonces, la sevillana entrenada por Antonio Serrano había prácticamente asegurado la cuarta plaza pues la burundesa quedaba lejos (15s) por delante y nadie aparecía por detrás en su retrovisor.

Cuando sonó la campana de 2.000m hasta la meta, Jepkemei y Nawowuna, que habían hecho un tímido intento de tirar, habían amasado nada menos que 45 segundos sobre la burundesa, con Robles plácidamente en cuarto lugar a un minuto pero muy por delante del ya cuarteto, pues Machado, Burkard y Prieto habían atrapado a Forero, apareciendo entonces solo unos metros por detrás la figura de la flamante finalista olímpica de los 1500 en París, Águeda Marqués, que acertó de lleno con su inteligente táctica.

      
             
      

Poco antes de la recta final, Jepkemei confirmó que hoy era la más fuerte, demarrando con fuerza sin que Nawowuna, cuarta clasificada en el mundial de cross de Bathurst 2023, pudiera responder a su feroz ataque, 25:00 y 25:02 sus respectivos tiempos en meta; el escalón más bajo del pódium fue para Niyomukunzi, que perdió 1:18 con respecto a la vencedora y 22 segundos después arribó en meta Robles, feliz y saludando a la multitud como primera española.

Por detrás, preciosa batalla en pos del 5º puesto que se jugaban hasta cinco atletas, llevándose el gato al agua Burkard por delante de Machado, mientras Águeda, séptima, tuvo tiempo de sobrepasar a Forero y Prieto, completando la primera decena la palentina Carla Gallardo.

Kwizera, a la cuarta fue la vencida

La carrera masculina, sobre 9.000m, presenció la salida en tromba, marca de la casa, de Dani Arce, y es que no siempre compite uno en su provincia natal. Nuestro mejor obstaculista arrastró con su salida a Adel Mechaal, mientras los favoritos africanos esperaban tranquilamente su momento unos metros por detrás, encabezando el quinteto el ugandés Martin Kiprotich, a quien acompañaba su compatriota Oscar Chelimo, el keniata Mathew Kipsang y el tándem burundés compuesto por Egide Ntakarutimana y Kwizera.

      
             
      

Una vez que el quinteto africano tomó las riendas, Mechaal se atrevió a seguir su estela y transitó con ellos hasta que un tercer kilómetro firmado en 2:49 por Kiprotich, siempre al mando de las operaciones, hizo desistir al vigente medallista europeo de plata en pista cubierta sobre 3.000m.

Chelimo se decidió a encabezar fugazmente la prueba poco antes del ecuador pero Kiprotich pronto retomó el liderato para cubrir otra vuelta de 2000 en 5:45 y, en ocasiones, abrir un pequeño hueco sobre sus compañeros de escapada, que enseguida volvían a conectar con el líder. Ya para entonces se advertía la pasmosa facilidad que dejaba entrever Kwizera, siempre atento a las evoluciones de la prueba pero sin gastar más energía de la estrictamente necesaria.

El ritmo sostenido y martilleante de Kiprotich tuvo como primera víctima a Ntakarutimana, que empezó a perder metros poco después de cubrirse el sexto kilómetro. La penúltima vuelta fue cronometrada en 5:48 y fue la campana el momento elegido por Kwizera para asomarse por primera vez a la cabeza, mientras Mechaal compartía grupo con el joven etíope Ayele Tadesse y el irlandés Efrem Gidey.

      

Bastaron unos cientos de metros bajo la batuta de Kwizera para que Kiprotich, acusando sin duda el haber liderado gran parte de la carrera, sacara la bandera blanca, dejando el camino expedito para que Kwizera, Chelimo y el sorprendente Kipsang se jugaran el orden de las plazas de pódium. A falta de 1100m el ugandés intentó sorprender a sus rivales cambiando de ritmo pero su ataque resultó baldío, decidiéndose el ganador a falta de 700m cuando Kwizera apretó claramente el acelerador para abrir un significativo margen sobre Chelimo y Kipsang, que le seguían en fila india a distancia.

En el zig-zag característico de la zona de las cabañas, el discípulo de Lluis Torlà en Castellón se sabía ya vencedor, negociando esas curvas con la ventaja y destreza que le otorga su conocimiento del circuito antes de enfilar la recta final, donde no disimuló su incontenible alegría por asegurar, por fin, su primer triunfo en Atapuerca en 25:37 tras cuatro apariciones consecutivas.