La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala (PP), lamenta que la ciudad haya sido el banco de pruebas de Vox con las ayudas a ONG

La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala (PP), cree que el Ayuntamiento de la ciudad ha sido el banco de pruebas de Vox, y mientras en Burgos la coalición se ha roto por las ayudas a ONG que atienden a migrantes, la formación de Abascal, tras aprender de la experiencia, mantiene otros gobiernos de coalición pese a contar con esas mismas ayudas en sus presupuestos.

“Sospecho que sí y lamento que sí”, que Burgos haya sido el banco de pruebas de Vox, ha reconocido la regidora en una entrevista con EFE, tras comprobar que se han mantenido gobiernos de coalición PP-Vox en otras ciudades, como Valladolid, sin alterar los presupuestos municipales ni eliminar ayudas a ONG que atienden a migrantes.

Ha recordado que Vox puso como condición para aprobar los presupuestos de 2025 la retirada de las ayudas, mientras que otros ayuntamientos han mantenido el pacto de gobierno con esas mismas ayudas, “independientemente de que sea por concurrencia competitiva o no”, ha indicado Ayala.

Consistorios en los que “han aprendido de la experiencia de Burgos”, ha afirmado, y la situación que tienen ahora es “diametralmente opuesta”, porque mantienen los gobiernos de coalición y las ayudas, “como es lógico y razonable”, ha remarcado la regidora, quien ha insistido en que “nunca han llegado a entender por qué Vox se plantó” en esa cuestión.

Ayala ha asegurado que intentaron defender el mantenimiento de las ayudas, dijeron a Vox que “no era razonable e iba a generar un problema importante”; la propia alcaldesa confió en “convencerlos”, pero fue una condición que impusieron y que acabó con la coalición: “fíjese si era una condición que finalmente ha conllevado la ruptura del pacto”.

“Cuando empezamos la legislatura entendimos que Vox era un socio fiable, que nos permitía estar más cerca del programa de gobierno que teníamos, más que el PSOE”, ha indicado; sin embargo, “ser socio fiable o no depende del desempeño del tiempo de legislatura y, a la vista está”, ha apuntado, después de que el PP se haya quedado en minoría tras poco más de un año de mandato.

Sin injerencias de Madrid

La alcaldesa de Burgos reconoce que, pese a esa ruptura del pacto de gobierno escenificada en el pleno ordinario de noviembre, cuando Vox votó en contra del presupuesto municipal después de que Ayala rectificara e incluyera las ayudas a ONG que se habían inicialmente retirado, la relación con Vox es “normal”.

El equipo de Gobierno del PP mantiene un diálogo fluido y constante con los cuatro ediles, aunque no se ha sentado con ellos a “remover” lo ocurrido, y recuerda que “a la política no se viene a hacer amigos, se viene por el interés común”, si bien las buenas relaciones personales siempre facilitan las negociaciones.

Negociaciones que serán imprescindibles para sacar adelante proyectos, iniciativas y modificaciones de crédito que permitan desarrollar el proyecto de presupuestos de 2025 que se acaba de aprobar inicialmente.

Ha recordado que lo diseñaron con Vox, así que lo “lógico es que sigan apoyando cuestiones que apoyaron en su momento”, ha insistido, y con el pacto roto, una “decisión que se tomó en Madrid”, ha afirmado, espera que esa influencia de Madrid disminuya, y sean los concejales de Burgos los que decidan en el Ayuntamiento.

Rechaza pactos globales o líneas rojas

Cristina Ayala ha reiterado que “la idea es mirar a ambos lados del tablero, para hacer lo que necesita la ciudad”, así que confía en poder cerrar acuerdos con el PSOE, y no solo con Vox.

Al igual que Vox, considera que el PSOE tendrá que responder ante su electorado, y explicar “si lo que deciden es bloquear el gobierno o ayudar a que la ciudad prospere”, aunque ha matizado que no habrá un pacto global con líneas rojas -exclusión de Vox-, como han planteado los socialistas en reiteradas ocasiones.

“No es razonable. Burgos no ha dejado de tener un vicealcalde de Vox para tener un vicealalde del PSOE”, así que insiste en pactos puntuales y, si bien admite que no será fácil, también defiende que sea compatible el acuerdo con reprochar al PSOE que, durante el anterior mandato, “no hizo nada, porque es un hecho”, avalado por los resultados electorales.

Los socialistas ganaron las elecciones, tienen 12 concejales frente a los 11 del PP (los 4 restantes son de Vox), pero el pacto PP-Vox dio la alcaldía a Ayala, quien ha defendido su gobierno en minoría, no solo porque tras las elecciones, de manera legítima, se configurara un acuerdo PP-Vox, que ahora se ha roto.

Ayala ha recordado que, tras romperse la coalición, presentó una cuestión de confianza para sacar adelante los presupuestos de 2025, que perdió y “arriesgó” la Alcaldía; hubo una posibilidad de moción de censura, pero el plazo acabó el pasado 30 de diciembre sin materializarse.