¿Deberían cobrar los alcaldes de los pequeños pueblos de España? Burgos abre el violento debate que pondría fin a gobernar “por amor al arte”
El presidente de la Diputación Provincial asegura que aguantan los "reproches de sus vecinos" y cada vez es "más difícil" confeccionar candidaturas cuando llegan las elecciones
Burgos - Publicado el - Actualizado
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Imagina ser alcalde de un pequeño pueblo de Burgos o de una de esas tantas entidades locales menores donde apenas viven un puñado de vecinos. Ahora imagina que te toca lidiar con presupuestos ajustadísimos, organizar fiestas, arreglar caminos y escuchar las inevitables quejas de los vecinos. Todo eso, sin recibir un solo euro a final de mes. Es la realidad de cientos de alcaldes y alcaldesas de la provincia, que asumen el cargo casi como una vocación, “por amor al arte”, como suelen decir.
Pero el debate ha comenzado a cambiar. Borja Suárez, presidente de la Diputación Provincial de Burgos, ha abierto la conversación sobre la posibilidad de remunerar a los alcaldes de los municipios más pequeños y ha anunciado las líneas de actuación para 2025. “Tenemos que empezar a proteger a las entidades locales, reconocer el trabajo altruista que hace mucha gente y empezar a recompensarlo”, ha declarado.
La propuesta de Suárez consiste en estudiar fórmulas para incluir una retribución simbólica a los alcaldes a través de los Planes Provinciales. Estos planes, que inicialmente estaban destinados a inversiones en infraestructuras, ya permiten financiar hasta un 30% de los gastos corrientes de los municipios. La idea, según Suárez, es que “el incremento que se va a destinar a los planes provinciales permita remunerar, aunque sea parcialmente, el esfuerzo de aquellos que están trabajando y mucho por sus pueblos”.
El dilema de los pequeños pueblos
La propuesta no es baladí. En una provincia como Burgos, que cuenta con 371 ayuntamientos y más de mil entidades locales, muchas veces cuesta encontrar personas dispuestas a encabezar una candidatura. “Cada mandato que pasa es más difícil hacer listas. La gente se sacrifica durante cuatro años defendiendo los intereses de su pueblo a cambio de nada, e incluso sufriendo reproches”, asegura el presidente de la Diputación.
El debate también aborda un aspecto muy sensible: la percepción en los pueblos. Suárez reconoce que este tipo de decisiones pueden generar “debates violentos” entre los vecinos, que muchas veces cuestionan cómo se manejan los presupuestos. Por eso, considera que una solución centralizada desde la Diputación podría evitar fricciones locales.
Una provincia a la vanguardia del debate
Burgos, al ser la provincia con más municipios de toda España, se encuentra en la primera línea de este dilema. Es una realidad que gobernar un pequeño pueblo, aunque parezca sencillo, implica tiempo, esfuerzo y, a veces, dinero del bolsillo del propio alcalde. Aquí surge la gran pregunta: si su labor es imprescindible para mantener vivos estos municipios, ¿es justo que lo hagan gratis?
La Diputación ha marcado 2025 como el año para debatir y dar forma a esta propuesta, con la vista puesta en la convocatoria de los planes provinciales de 2026-2027. No es la única línea de trabajo anunciada por Suárez. También se prevé una inversión en carreteras, el ciclo integral del agua y el patrimonio cultural, además de tres grandes planes estratégicos vinculados al turismo: patrimonio inmaterial, cultura y cicloturismo.
Mientras tanto, la conversación queda abierta. La Diputación ha lanzado el balón al tejado de los alcaldes, los partidos políticos y, por supuesto, de los propios vecinos. ¿Ha llegado el momento de remunerar el trabajo de quienes mantienen vivos nuestros pueblos? Al menos, el debate ya ha arrancado, y seguro que marcará parte de la agenda provincial en los próximos años.