Efectivos de la Guardia Civil han detenido en Barcelona a una persona, cuyas iniciales son R.S., de 20 años de edad, por estafar a un burgalés cerca de 2.000 euros mediante ‘phishing’, el uso de una aplicación móvil para transferencia bidireccional de dinero.
Por ello, según informan hoy fuentes de la Subdelegación del Gobierno, el joven fue detenido como presunto autor de un delito continuado de estafa mediante la obtención ilícita de contraseñas y datos personales de identificación para a continuación detraer dinero de sus cuentas bancarias.
Los hechos se remontan al pasado mes de agosto, cuando un vecino del Alfoz de Burgos denunció que autor o autores desconocidos habían accedido a una cuenta bancaria de su titularidad y habían realizado cuatro operaciones para detraer, mediante la utilización del servicio que permite la transferencia bidireccional de dinero a través del terminal móvil, un total de 1.996 euros.
A pesar de lo que piensan los autores de este tipo de delitos (denuncias falsas, estafas, timos o ventas fraudulentas…) cometidos vía online, equivocadamente amparados por el supuesto y falso anonimato que proporciona Internet, las redes sociales o las nuevas TIC, ningún ilícito realizado a través de ellas queda impune ya que siempre existe la denominada ‘huella digital’.
Las primeras pesquisas llevadas a cabo por los investigadores permitieron conocer que días antes el denunciante recibió un mensaje, supuestamente emitido desde su banco, donde le indicaban que, debido a unas actualizaciones en su cuenta, debía ‘pinchar’ en un enlace y una vez dentro introducir sus datos y claves personales de acceso a la banca electrónica.
Así lo hizo ajeno al engaño y esta acción favoreció que además le transfirieran de una a otra cuenta, ambas de su propiedad, la cantidad de 4.000 euros con la clara intención de aumentar el posible botín que el autor iría retirando a continuación en sucesivos movimientos. El minucioso análisis de las transferencias efectuadas y el estudio de la información obtenida llevó a los agentes hasta varios domicilios de la provincia de Málaga, donde supuestamente el presunto autor residía, si bien no eran más que tapaderas para ocultar su identidad e impedir su localización.
Sin embargo, las indagaciones llevadas a cabo en relación a las evidencias -‘huella digital’- por él dejadas para perpetrar su estafa, llevaron hasta la provincia de Barcelona, donde una vez identificado y localizado, fue detenido con la colaboración de personal de esa Comandancia. Para este tipo de conductas nuestro Código Penal contempla penas que aplicadas en su grado máximo pueden suponer multa de tres meses y prisión de tres años. Las diligencias instruidas fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Burgos.