«Semana Santa, la entrega de Cristo por amor»

Mensaje semanal de Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, para el domingo, 13 de abril de 2025, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos
00:00

Mensaje semanal de Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, para el domingo, 13 de abril de 2025, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Redacción COPE Burgos

Burgos - Publicado el

3 min lectura

Queridos hermanos y hermanas:

«Bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Hosanna en el cielo!» (Mt 21, 9). Hoy, con el Domingo de Ramos, comenzamos la Semana Santa: el momento litúrgico más importante de todo el año, cuando celebramos los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Me gustaría recorrer estos días tan especiales junto a vosotros, caminando a vuestro lado, llevando la cruz, padeciendo los mismos sufrimientos y compartiendo las mismas alegrías del Señor, hasta el Domingo de Pascua.

Como preparación para esta Semana, os animo a celebrar el sacramento de la Penitencia, para morir al pecado y resucitar con Cristo, y agradecerle, así, el don de su infinita misericordia para nuestra debilidad y miseria.

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos

Comenzar por la compasión es la mejor propuesta del camino cristiano, como ha destacado en multitud de ocasiones el papa Francisco: «El perdón es el oxígeno que purifica el aire contaminado por el odio, el perdón es el antídoto que cura los venenos del rencor, es el camino para calmar la rabia y sanar tantas enfermedades del corazón que contaminan la sociedad” (Ángelus, 17-IX-2023).

Tras resucitar a una vida nueva para mirar el futuro con esperanza, poniendo en primer lugar a Dios y ya reconciliados con Él (2 Co 5, 20), nos adentramos en esta semana en la que acompañamos a Jesús en su entrega definitiva.

Hoy recordamos la acogida que el pueblo de Jerusalén concedió al Señor cuando hizo su entrada triunfal en la Ciudad Santa. Al grito de «¡Hosanna!», la multitud le daba una bienvenida entre ramos de palmas y de olivos y que, días más tarde, gritaría «¡Crucifícalo!».

Día tras día, nos vamos adentrando en este misterio de Salvación que nos recuerda que la mejor manera de ser fiel al mandato del amor es estando junto al oprimido y al que sufre, aunque nos cueste la propia vida.

Jesús, mientras pide al Padre en el Huerto de los Olivos que pase de Él ese cáliz, en el duro camino hacia el Calvario donde fue expuesto al mayor de los oprobios o cuando está clavado en la Cruz, aunque se siente abandonado, no cede a la desesperación, sino que se encomienza y confía mostrándonos el camino de la vida, la esperanza y la paz.

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos

Y esta ha de ser nuestra tarea durante esta Semana: hemos de plantearnos por qué el Señor muere y resucita por nosotros, y no quedarnos en el sentimiento de profunda e incomprensible desolación que, en momentos, puede habitarnos. Detalle a detalle, nos adentramos en la entrega de Cristo por amor: un amor de piedad, compasión y ternura que ve en las personas rechazadas y excluidas los iconos vivos de Cristo, desde su Pasión, pasando por su Muerte, hasta su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

«La humillación y la exaltación son la clave para comprender el misterio pascual y para penetrar en la admirable economía de Dios, que se realiza en los acontecimientos de la Pascua», señaló el papa san Juan Pablo II durante la celebración del Domingo de Ramos en el año 2000. Y cuando andemos agobiados por nuestros problemas, podremos contemplar cómo Cristo, abajado hasta una muerte de cruz y exaltado en la gloria a la derecha del Padre, «se ofrece a sí mismo como única respuesta válida», nos advertía el Papa santo, porque «no existe ninguna otra respuesta tan sencilla, completa y convincente».

Ponemos cada momento de esta Semana Santa en la maternal intercesión de la Virgen María, la Madre del Señor, que acompañó a su Hijo Jesús hasta el final, que se transforma precisamente en el principio de la creación nueva. Y le pedimos que nos permita acompañarla, de manera especial durante estos días de Pasión y Gloria, para celebrar –junto a Él, rebosantes de alegría– la gloria de la Resurrección.

Con gran afecto, os deseo una Semana Santa llena de gracia y de esperanza.+ Mario Iceta GavicagogeascoaArzobispo de Burgos

Escucha en directo

En Directo COPE BURGOS

COPE BURGOS

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

12:00H | 16 ABR 2025 | BOLETÍN