EDUCACIÓN
Un premio para el alma del colegio
La Junta reconoce los planes de mejora e impulso de las bibliotecas escolares del IES Álvaro Yáñez de Bembibre y del CEIP San Antonio de Ponferrada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los esfuerzos de los diferentes centros educativos para fomentar el hábito de la lectura entre los más pequeños son una de las prioridades de los docentes y del mundo académico en general, que observa con preocupación cómo cada día cuesta más mantener a los niños enganchados a las páginas de un libro y alejarlos de las pantallas y de sus continuos destellos lumínicos. En su última convocatoria anual para premiar a los centros que más se implican en esta línea de actuación, la Junta reconoció la labor desarrollada por el IES Álvaro Yáñez de Bembibre y por el CEIP San Antonio de Ponferrada, que recibirán pequeñas ayudas para continuar implantando sus respectivos proyectos para la mejora y el impulso de las bibliotecas escolares.
“Pretendemos que la biblioteca sea el alma del colegio porque la comprensión lectora es fundamental para el rendimiento académico. Si conseguimos unos niños que sean buenos lectores, subiremos mucho el nivel de la educación”, explica la jefa de estudios del colegio San Antonio y coordinadora del plan de lectura del centro, Remedios Madrid.
En el caso del colegio de la capital comarcal, el premio se traducirá en la llegada al centro de 2.000 euros con los que se acometerá la compra de un ordenador nuevo para la biblioteca y se continuará con la renovación de la dotación de libros. La “labor conjunta” de todos los departamentos del colegio ha transformado en un plazo de tres años una antigua aula con pupitres y encerado, “desde un espacio más formal a uno más dinámico y divertido”. Junto a la reforma del espacio, el centro puso en marcha el curso pasado una campaña de donación de de libros para renovar el catálogo de la biblioteca, que se cerró con la recolecta de más de medio millar de volúmenes entre las familias de los alumnos. “Teníamos muchos libros antiguos, anteriores a los años 80. No eran suficientes para hacer préstamo y de infantil no teníamos casi nada”, recuerda la jefa de estudios.
“Queremos que los alumnos se impliquen en la biblioteca, que no sea una cosa que el centro hace para ellos, sino que la hagan ellos”, asegura Madrid, que explica cada tutor dispone de una hora semanal para desplazarse con sus alumnos a la biblioteca y que éstos puedan hacer uso del sistema de préstamo que les permite retirar libros gracias a un carnet diseñado por ellos mismos y a un sencillo programa informático que gestiona las peticiones mediante un simple código de barras.
En ese sentido, la encargada de la biblioteca y coordinadora de su plan de mejora, Olaya Pais, explica que “todos los libros tienen dos pegatinas: una con la edad recomendad y otra con la temática del volumen”, desde manualidades a idiomas, pasando por ciencias y poesía, con la previsión de incorporar una sección de cómics en el futuro cercano. Además, las diferentes actividades temáticas de animación a la lectura que se llevan a cabo con motivo de las fechas señaladas del calendario provocan que la biblioteca se convierta en “una combinación cambiante de espacios” donde los más pequeños son los encargados de transformar la estancia con la decoración correspondiente a cada temporada.
De esta manera, en los últimos cursos se han creado “pequeñas tradiciones”, como la lectura de cuentos que los alumnos de tercero llevan a cabo con sus compañeros de infantil en los días cercanos a Halloween. Estas sesiones permiten a los alumnos trabajar la entonación y la lectura de cara al público, explica Pais, que recuerda que “la lectura no es solo sentarse y leer en silencio”. Además, gracias a la implicación del departamento de inglés, algunos de los cuentos que se leen en voz alta son en lengua extranjera. Al respecto, Pais destaca la importancia de “trabajar a nivel de centro” para enriquecer el proyecto global de animación a la lectura del colegio.
Esa iniciativa, que este curso también ha recibido el reconocimiento de la Junta a los mejores planes de fomento de la lectura, se basa en la creación en el centro de un cuento original, alrededor del cual se estructuran las lecturas que los alumnos llevan a cabo a lo largo del año. Este curso, la historia gira en torno a un dragón, cuyos nidos adornan las paredes del colegio. En el interior de cada uno de esos nidos, los escolares depositan sus fichas de lectura. El centro, que dispone de dos aulas de informática con más de 20 ordenadores cada una y de miniordenadores portátiles para los alumnos de los dos últimos cursos, también recibió este año el reconocimiento ¡leo TIC!, por el que la Junta le hizo entrega de una biblioteca virtual.
Padrinos lectores
Por su parte, el IES Álvaro Yáñez de Bembibre recibirá 3.000 euros de la Junta en reconocimiento a las actividades de mejora de la biblioteca emprendidas en los últimos años. El coordinador de ese proyecto de mejora, Luis Álvarez, explica que el dinero se destinará, principalmente, a la compra de nuevos fondos bibliográficos. “Queremos dotar a la biblioteca de más libros”, resume. Además, el centro también ampliará sus recursos informáticos con la llegada de dos nuevos ordenadores, varios auriculares y programas informáticos para aprender lenguas extranjeras.
Los concursos literarios, en los que los escolares elaboran marcapáginas o carteles sobre temas relacionados con la literatura, son la base de un proyecto cuya punta de lanza la integra el programa 'Padrinos lectores', por el que los alumnos de segundo de ESO se desplazan un día a la semana al cercano colegio de infantil Pradoluengo para leer cuentos a los más pequeños.
“Los lazos que se crean son impresionantes”, subraya Luis, que explica que a cada alumno del instituto se le asignan dos ahijados, que eligen qué libro quieren que les lean. La misión del padrino, además de leer, consiste en hacer que la historia cobre vida a través de la voz y de los dibujos. “Asociar emociones a la lectura, que sea algo lúdico y fantasioso, crea unos vínculos afectivos enormes y es maravilloso que todo eso gire alrededor de la lectura”, remarca.
Además, el instituto también dispone de un plan de lectura, premiado en el curso 2015/2016, que implica a todos los departamentos del centro en las actividades para el fomento de la lectura y del uso de la biblioteca. Una prueba de su éxito es el trasiego de alumnos en la sala durante las horas de recreo. “A veces hasta tenemos que pedir silencio porque la biblioteca está para lo que está”, explica entre susurros el coordinador del proyecto de mejora. Esa afluencia tiene que ver con que el horario del recreo es “el único momento en que pueden hacer uso del servicio de préstamo”, afirma Luis, que se muestra orgulloso por el hecho de que los escolares “sacan libros y no sólo los que les obligamos”.
De cara al futuro, los objetivos del proyecto pasan por elaborar estadísticas trimestrales con las que llevar un seguimiento más cercano de los libros que más se prestan y que sirvan también para elaborar unos paneles de reconocimiento a los lectores más voraces a final de curso. Además, Luis pretende establecer un registro de las actividades de fomento de la lectura en las diferentes materias, para que éstas no sean esporádicas y formen parte de un calendario estable. En la misma línea, el coordinador de la biblioteca aspira a poner en marcha un certamen de críticas literarias para que los propios alumnos llamen la atención de otros posibles lectores con sus textos. Cualquier idea es buena cuando el objetivo es que los libros lleguen a las manos de los que en el futuro tendrán que tener las buenas ideas.