SOCIO-RELIGIÓN
Carta semanal de Monseñor Jesús Fernández- "75 años de la HOAC"
Escucha y lee aquí la carta de esta semana del obispo de Astorga
Ponferrada - Publicado el - Actualizado
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Carta semanal de Monseñor Jesús Fernández, obispo de Astorga: "75 años de la HOAC"
“TENDIENDO PUENTE, DERRIBANDO MUROS-75 ANIVERSARIO DE LA HOAC”
El 3 de noviembre de 1946 nació la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). De esta forma, se hacía realidad el encargo que los obispos españoles habían hecho a Guillermo Rovirosa para que pusiese en marcha un movimiento especializado de acción católica para la evangelización del mundo obrero y del trabajo. Celebramos los 75 años del nacimiento de esta institución formada por personas conscientes de ser una Iglesia comprometida con el mundo del trabajo y deseosa de ser cada día más la Iglesia de los empobrecidos del mundo. La Iglesia diocesana de Astorga celebrará esta efeméride el próximo día 18 de septiembre, a las 17 h. en la parroquia de s. Antonio de Ponferrada. El acto concluirá con una Eucaristía que yo mismo presidiré y a la que estáis invitados.
La celebración mira al pasado para hacer memoria agradecida de la entrega y generosidad de tantos militantes, laicos y sacerdotes, que han gastado su vida en la evangelización del mundo del trabajo, defendiendo la grandeza y dignidad del obrero, la grandeza y dignidad de su tarea. Reconocemos como un precioso don todo lo que nos han ofrecido a través de su compromiso con la justicia y damos gracias a Dios por su trabajo y testimonio.
El trabajo es una realidad absolutamente valiosa para la construcción de la persona, de la familia, de la sociedad. Por ello, como indica el Papa emérito Benedicto XVI, el acceso al trabajo debe ser un objetivo prioritario. Creemos en un Dios que se compadece del sufrimiento que el paro y la precariedad laboral causan en tantos y tantos trabajadores. Por eso, según la parábola narrada por s. Mateo, sale a distintas horas del día a la plaza a contratar jornaleros para su viña (cf. Mt 20, 1-16)..
Desgraciadamente, sin embargo, estamos ante un bien cada día más escaso y más precario. Las personas son utilizadas como instrumentos de producción y consumo cuyo coste hay que reducir al mínimo. Así se explica, por ejemplo, la sustitución de la mano de obra humana por las máquinas. Pero la persona es lo más importante de todo cuanto existe y sus posibilidades de vida dependen de su trabajo. Tradicionalmente, se ha venido asimilando paro y pobreza. Últimamente, sin embargo, tener cubiertas las necesidades básicas como la salud, la educación, la vivienda, el descanso…, se ha convertido en un lujo para muchos trabajadores que no pueden acceder a un empleo.
Desde la convicción y el sentimiento de ser amados de Dios, los miembros de la HOAC se esfuerzan cada día por superar el individualismo, la competencia y la avaricia viviendo la comunión, la solidaridad y la austeridad. Trabajan también compartiendo la vida y buscando soluciones en común a las situaciones de dificultad que se les presentan. Y, en fin, se comprometen a compartir el tesoro de la fe en Jesucristo, clave para reconstruir la persona y el mundo.
Con la conciencia clara de que, sin estos militantes, la presencia de la Iglesia y la misión evangelizadora en este ámbito quedarían muy mermadas, quiero dejar constancia de la necesidad de nuevos militantes que se unan al pequeño grupo de iniciación y al grupo de formación básica de nuestra diócesis. Definitivamente, se necesitan nuevos apóstoles obreros, nuevos testigos de Jesucristo que con su espiritualidad, su formación y compromiso evangelicen a sus hermanos.
Recibid mi bendición.