Viernes de Dolores

VIERNES DE DOLORES

El Viernes de Dolores que para muchos es el comienzo de la Semana Santa, fue desde el siglo XI una fiesta importante en la Iglesia Católica, en la que se recordaban los Dolores de la Virgen María. Ahora la liturgia lo celebra el 15 de septiembre. En algunos lugares todavía celebran la fiesta y sacan en procesión la imagen de la Dolorosa.

Recuerdan como la Virgen acompañó a Jesús, camino del Calvario.

En la liturgia de la misa rezan el Stabat Mater Dolorosa.

Stabat Mater Dolorosa

Iusta crucem lacrimosa

Dum pendebat filius

Cuius animam gementem

Contristatam et dolentem

Pertransivit gladius

O quam tristis et aflicta

Fuit Illa benedicta

Mater unigeniti

La piedad tradicional recuerda a los siete Dolores de la Virgen, que son los que la hicieron merecedora de este título.

1°- En la presentación del Niño en el templo, el anciano Simeón le dice:” Este está puesto para caída y levantamiento de muchos a ti (La Virgen) y a tu alma la traspasará una espada". Lucas,2, 22.

2°- Huida a Egipto. A escondidas y como emigrantes ilegales, huyen para salvar al Niño de la muerte.

3°- El Niño perdido y hallado en el templo. Al encontrarlo en el templo rodeados de doctores, Jesús les dice:” Por qué me buscabais, ¿no sabéis que tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre?”

4°- El encuentro con Jesús en la calle de la Amargura donde Ella ve a Jesús con la cruz a cuestas, en medio de dos malhechores, coronado de espinas, ensangrentado y no puede darle ni una gota de agua para aliviar sus dolores.

O vos omnes qui transitis per viam

Attendite et Videte

Si est dolor sicut dolor meus

(Lamentaciones 1, 12)

5°- La crucifixión de Jesús. Ve a Jesús crucificado. No por sus crímenes, sino por los pecados de la humanidad. Ya no están allí los que aplaudían el Domingo de Ramos, ni siquiera sus discípulos, salvo San Juan.

6°- Descendimiento de la cruz. Tiene a Jesús en sus brazos, pero está muerto. Su cuerpo lacerado y cubierto de sangre.

7°- La Sepultura. La soledad de la Virgen, es la de una viuda sin hijos, en tiempos en los que no tenían protección alguna. Situación por la que San Juan la había aceptado por Madre.

De ahí viene que sea Madre de la Iglesia y Madre nuestra.

La iconografía representa a la Virgen de los Dolores, con el corazón traspasado por siete espadas, que son las que representan los siete Dolores y la profecía de Simeón.

La Piedad corresponde a uno de los grandes temas de la iconografía cristiana. Miguel Ángel plasma en esta escultura el dolor de la Virgen María al sostener en sus brazos el cuerpo de su hijo, después del descendimiento de la cruz.

La piedad popular siempre manifestó gran devoción a la Virgen de los Dolores. Basta recordar el gran número de parroquias con el nombre de la Virgen de los Dolores y más aún el nombre de tantas mujeres a las que dedicó mi cariñosa felicitación. En especial a mi madre, perteneciente a la tercera generación de la familia bautizada con este nombre, a la memoria de mi bisabuela y abuela materna cuyo recuerdo me acompaña en firma de amor y bondad, hoy presente en la figura de mi madre.