Absueltos los dos guardias civiles por el caso del "Cara al sol" en un bar de Carrizo

La sentencia señala que no existen pruebas suficientes para condenar a los agentes

Juicio guardias civiles.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Juzgado de lo Penal número 1 de León ha emitido una sentencia absolutoria para los dos guardias civiles que fueron juzgados el pasado 28 de febrero por un presunto delito de coacciones que habrían cometido haciendo uso abusivo de su cargo público en un bar de la localidad de Carrizo de la Ribera (León). Ambos negaron en la vista -entre otras acusaciones- haber obligado a tragar balas a los clientes del establecimiento, tal y como denunció la gerente, quien declaró que ella se las metió en la boca pero no llegó a ingerirlas.

La jueza del caso recoge en su dictamen que “no existe prueba suficiente de la autoría de los acusados y la prueba practicada no permite destruir su derecho a la presunción de inocencia al no haberse acreditado con la virtualidad probatoria que exige una sentencia condenatoria por hechos tan graves, que ambos hubieran intervenido en los mismos tal y como han sido relatados”. La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de León.

Recordamos que los guardia civiles Miguel Angel .J.L y David René G.M. negaron en el juicio oral todas las acusaciones las acusaciones que pesaban sobre ellos en relación a su irrupción en un bar de Carrizo de la Ribera, coaccionar a la propietaria y a los clientes, obligándoles a cantar el “Cara al Sol” y a meterse balas en la boca.

Los hechos se remontan al 11 de septiembre de 2013. Según la denuncia entraron en el bar El Rincón a las dos de la mañana diciendo que “allí mandaban ellos”. Quitaron los móviles a los presentes y les invitaban a fumar.

Por su parte, los acusados afirmaron que sólo estuvieron poco más de quince minutos en el bar para explicar a la propietaria que no se podía fumar y los horarios de cierre. Añadieron que en acto de servicio ni beben ni fuman.

Concluyeron señalando que se trataba de una especie de conspiración o venganza contra ellos en la que participó un superior -un sargento que se lleva mal con ellos- y la mujer que tardó un año en presentar la denuncia.

Los dos guardia civiles están de baja psicológica desde que se les abrió expediente disciplinario.