Abascal confía en que García-Gallardo sea vicepresidente de CyL y proclama a Vox altavoz de la España Vaciada
El líder de Vox pide paso para su candidato se convierta en número dos del gobierno regional a cambio de dar su apoyo al popular Alfonso Fernández Mañueco
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"¡A Juan García-Gallardo se le está poniendo cara de vicepresidente!" Este ha sido el titular con el que el líder de Vox a nivel nacional, Santiago Abascal, ha comenzado su intervención en el hotel desde el que se ha seguido el escrutinio. Euforia total en un partido que pasa de un procurador a 13 y que se ve fundamental para la formación del próximo gobierno autonómico.
En una tarde apacible en la ciudad de Valladolid, Vox consigue sumar a su historial otro gran resultado que le coloca de nuevo como pieza fundamental para la formación de un gobierno autonómico, igual que ocurrió en Andalucía o la Comunidad de Madrid.
Pero parece que el nivel de autoexigencia ha aumentado dentro de las filas del partido y ahora ya se ven capacitados para exigir la entrada en un gobierno autonómico, pudiendo ser esta la primera experiencia de Vox como partido de gobierno en un parlamento autonómico.
Por delante, días de conversaciones que estarán marcados por el mensaje que el diputado nacional de Vox, Pablo Sáez, ha enviado en el primer balance electoral hecho este domingo: "Vox entra con fuerza en las Cortes de Castilla y León no vamos a dar marcha atrás para conseguir sus objetivos".
Dejando a un lado el interés porque Juan García-Gallardo se convierta en peso pesado del próximo gobierno autonómico, Santiago Abascal también ha aprovechado su comparecencia para poner en valor todas las demandas y exigencias que les han hecho llegar desde las zonas más despobladas de esta región. Además, el líder de Vox ha querido hacer un guiño a los partidos provinciales y localistas, señalando que hablarán con todos para trabajar por esa España Vaciada, tan presente en esta campaña electoral.
Vox hereda el puesto que hasta este 13 de febrero ha ocupado Ciudadanos en la realidad política de Castilla y León, ya que se ha producido una especie de 'intercambio de cromos' que cambia totalmente el panorama político en Valladolid. Ahora, queda por ver hasta que punto está dispuesto a ceder Mañueco, ya que desde el momento en el que convocó elecciones siempre ha aspirado a gobernar en solitario. Ante este contexto, parece inevitable que ambos partidos se entiendan para formar el nuevo Ejecutivo y así evitar un posible repetición electoral, tan presente en los últimos años en la realidad política de nuestro país.