El recuerdo por las víctimas de Salamanca del 11-M

Entre los más de 190 muertos en el atentado de Al-Qaeda perpetrado el 11-M en Madrid cinco salmantinos perdieron la vida, pero también hubo supervivientes.

Redacción COPE Salamanca

Salamanca - Publicado el - Actualizado

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Hoy se cumplen 17 años del atentado que supuso un cambio en la historia de España y del que todavía no sabemos todo.

José García Sánchez, Sara Encinas Soriano, Begoña Martín Baeza, Ambrosio Rogado Escribano y Julia Frutos. Estos cinco nombres, son los salmantinos fallecidos en el múltiple atentado de Al Qaeda el 11-M en los cercanías de Madrid. En total 191 muertos y más de mil heridos, de manera indirecta un atentado que cambió España.

El experto en conflictos y política salmantino, Manel Hernández explica para Cope Salamanca que se produjo un cambió en la intención debido a las acusaciones por parte del gobierno de José María Aznar a la banda terrorista ETA, como se demostró al poco tiempo que estas afirmaciones eran falsas

Las encuestas daban clara mayoría para Mariano Rajoy, pero al final la victoria con amplia mayoría se la llevó Rodriguez Zapatero. No todo fueron malas noticias, la cara la vemos en Beatriz Sánchez Torrecilla la abogada salmantina fue una de las supervivientes del ataque.

El terror comenzó a primera hora de la mañana cuando estalló la primera de las bombas, al principio parecía ser un accidente pero según fueron pasando los minutos y las explosiones en las estaciones y en los trenes todo se desvaneció y no era algo fortuito, fue un atentado terrorista. El primer atentado de Al Qaeda en nuestro país, la excusa de los yihadistas había sido la llegada de las tropas españolas a Irak con motivo de la guerra en el país y el derrocamiento del dictador Saddam Hussein por parte de las tropas estadounidenses.

En el peor atentado sufrido por nuestro país murieron más de 190 personas y más de 1700 terminaron heridas por las explosiones. El atentado podría haber sido muchísimo peor, las cuatro mochilas bombas estaban colocadas en los trenes para que estallasen en la propia estación de Atocha, a donde se dirigían los cercanias. Era plena hora punta, con la estación llena de personas que iban a sus trabajos y para los que era un día más. Ese día no fue uno más, fue uno que ha quedado marcado en los corazones de todos y cada uno de los españoles.