400 años del motín de Fuenteguinaldo
La provincia de Salamanca tuvo hace cuatro siglos su propio Fuenteovejuna. Fuenteguinaldo se unió y consiguió revelarse ante las desigualdades de la época.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Salamanca también tiene su propio Fuenteovejuna, para acudir a este hecho histórico nos tenemos que marchar hasta el pueblo de Fuenteguinaldo. Entre los parajes de los Arribes del Duero, los valles y sus senderos tuvo lugar el 10 de agosto, hace 400 años el conocido como Motín de Fuenteguinaldo. Todo comenzó un mes antes, en el mes de julio. El 18 del séptimo de 1620 empezó una rutinaria campaña de recaudación de impuestos y registros en la zona transfronteriza, el fin era acabar con el contrabando y las exportaciones ilegales de los propios. Al fijarse en Fuenteguinaldo, todo parecía normal pues apenas tenía había actividad económica más allá de la ganadería. El investigador y párrroco Juan Carlos Sánchez, explica para Cope Salamanca que lo motivos se basaron en las relaciones que mantenía el pueblo con los vecinos de Portugal, recordad que era una época en la que apenas había fronteras y menos en zonas tan alejadas de las grandes ciudades.
En esta época en la localidad fronteriza había censados unos 400 vecinos y ninguno de ellos tenía hidalguía, el privilegio de no pagar impuestos. Por lo que a principios del mes de agosto, el juez y un escribano de Ciudad Rodrigo pusieron marcha hasta el pueblo y llegaron al día siguiente. Lo que iba a ser un día más en el trabajo, se convirtió en un lío para ellos. Fuenteguinaldo pertenecía al señorío de Alba y el teniente gobernador del Duque de Alba se negó a colaborar con los funcionarios de la época. Sánchez explica que el motivo principal era el mercado que había establecido entre los portugueses y los guinaldeses, estos negocios la corona los veía como una forma de contrabando.
El juez de Miróbriga, Juan Medrano, ante esta situación decidió actuar por las bravas, en vez de dialogar con el funcionario decidió entrar en el pueblo por la fuerza. Medrano pensaba que de esta manera los propios aldeanos acatarían sus órdenes, pues estaban muy confundidos y en vez de mejorar, la situación empeoró de tal manera que se originó un motín y el juez terminó por una noche en la cárcel.
Estas tensiones entre las autoridades y el pueblo derivaron en unos disturbios que se saldaron en diferentes condenas. Entre los condenados había guinaldeses de toda índole, desde campesinos y ganaderos hasta artesanos pasando por niños. La mayor parte de estos ciudadanos no llegaron a cumplir las penas, muchos de ellos optaron por huir del pueblo y los que no huyeron se declararon en rebeldía.
Es nuestro propio motín del Té, en vez de barricas al río fueron artículos con Portugal y en vez del gobernador de Nueva Inglaterra fue el Juez de Ciudad Rodrigo. El motín de Fuenteguinaldo dejó una enseñanza que se ha repetido en la historia, si el pueblo está unido no podrá ser vencido. Desde las 22.00h en la Plaza Mayor del pueblo una lectura teatralizada nos trasladará hasta este suceso.