La inspiradora historia de Ana, la voluntaria de 78 años que dedica su vida a ayudar a los demás en Salamanca: "Merece la pena"

Esta mujer lleva 20 años colaborando con distintas entidades salmantinas mostrando su espíritu más alegre y dicharachero. Cuenta a COPE "que desde chica me ha gustado ayudar"

Silvia Merchán

Salamanca - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

El 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Voluntariado. Una persona voluntaria es aquella que cede lo más valioso que tiene, su tiempo, para ayudar a los demás en organizaciones sin ánimo de lucro. La mayoría de los voluntarios suelen ser jubilados aunque, bien es cierto, que cada vez más los jóvenes, sobre todo los universitarios, también echan una mano en las entidades. En COPE Salamanca hemos conocido a Ana Sagrado.

A Ana Sagrado la conocimos hace unas semanas a las puertas de un supermercado salmantino en medio de Gran Recogida que en noviembre realiza el Banco de Alimentos de Salamanca. Allí estaba ella repartiendo, con una sonrisa, los folletos informativos y animando a los clientes a donar alimentos o a aportar una cantidad económica. Ana nos encantó. Viva, animada y dicharachera con 78 años a la espalda.

más de 20 años de voluntariado y sumando

De forma mucho más pausada hemos hablado con ella y nos ha sorprendido sus ganas de vivir y de ayudar a los demás. Experiencia no le falta. Lleva 20 años colaborando con diferentes entidades salmantinas. “Desde chica me vienen estas ganas de ayudar a los demás. Ellos me aportan mucho más que lo que les doy yo”.

Comenzó como voluntaria en Cruz Roja Salamanca donde, hace una veintena de años, escuchó que necesitaban gente. Hizo los cursos correspondientes y allí que se plantó. Su labor en Cruz Roja la ha compaginado también con el Comedor de los Pobres. En ambas entidades reconoce que ahora hace un poquito menos porque la edad no perdona; pero siempre está cuando la necesitan.

Donde sigue como voluntaria es en el Tren de la Esperanza que cada mes de julio parte desde Salamanca a Lourdes. Una peregrinación en la que participan personas con movilidad reducida o de edad avanzada. Ana no falta y espera prestar su ayuda en 2025.

Hace muy poquito que ha comenzado a colaborar con el Banco de Alimentos de Salamanca donde la hemos conocido. Admite que a través del voluntariado ha conocido a mucha gente. También ha animado a muchas de sus amistades a “meterse” en este mundo del voluntariado.

      
             
      

Por si fuera poco, Ana es catequista en la parroquia María Auxiliadora en la capital salmantina desde los 20 años. Una labor que le encanta porque le pone en contacto con los niños que nos dice que “a veces hacen preguntas más difíciles y complicadas que las que podamos hacer la gente mayor”.

A Ana no se le pasa por la cabeza dejar el voluntariado. Es cierto que “mis hijos y mis hermanas me dicen que pare un poco y deje algo, pero yo mientras pueda seguiré ayudando en la medida de mis posibilidades”

“En el barrio donde vivo ya me conocen porque pido ayuda a todo bicho viviente, cuando me ven salen corriendo”, nos dice riéndose.

      
             
      

Voluntario ayudando a una persona con movilidad reducida

hay que probar una vez en la vida

El voluntariado, opina Ana, que no es solo para la gente mayor que tiene mucho tiempo, sino también  para la gente joven. A ambos colectivos Ana les dice que "tienen que acercarse un día y probar. Notarán el compañerismo y aprenderán a valorar  las conversaciones y las sonrisas de personas que no tienen nada. No hay que quedarse en casa sintiéndose triste por ser mayor o por estar solo"

Hoy nos quedamos con el mensaje que nos lanza Ana Sagrado: “Salmantinos, id a hacer voluntariado; merece la pena”.