La señorita Carmen de Salamanca, representante de muchos maestros y maestras de escuela: "No me equivoqué, soy afortunada"

Carmen Villarrubia Bosh, durante 39 años docente del Colegio San Agustín de Salamanca, galardonada por Escuelas Católicas de Castilla y León por su vocación y dedicación en la enseñanza

Silvia Merchán

Salamanca - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Quién no echa, alguna vez, la mirada a atrás,  "a sus recuerdos”, y ansía volver a los tiempos del colegio. Esas clases de los años 80: supernumerosas, con calculadoras, máquinas de escribir y patios pintados y coloreados para jugar al cuadrado y mochilas cargadas de cromos “bonitos y feos” y de gomas y cuerdas para jugar con, en mi caso, las amigas.

Recuerdo a mis profesores, no a todos; a aquellos que por unas u otras razones dejaron huella. Motes no les faltaban pero el respeto lo llevaban por bandera.

Eran los tiempos de las seños, vas a ir a la “oe” y demás. Hoy miramos al pasado pero también al presente con el galardón que Escuelas Católicas Castilla y León van a entregar a tres docentes en la comunidad que destacan por su vocación y dedicación. Uno de ellos es Carmen Villarrubia Bosch del Colegio San Agustín de Salamanca. Seguro que te preguntas quién es Carmen?

una gran sorpresa para la "seño" carmen

La señorita Carmen o la seño como cariñosamente la han llamado sus alumnos en el centro, se jubiló hace un año en el Colegio San Agustín de Salamanca donde se ha dedicado a la enseñanza durante 39 años. “He hecho lo que me ha tocado hacer. He cumplido con mi responsabilidad. Por mis manos han pasado muchos alumnos y muchas vidas. Todo el trabajo lo he hecho por el buen funcionamiento del centro y por la formación y crecimiento personal de mis alumnos”, ha contado a COPE Salamanca en una entrevista.  "Ha sido toda una sorpresa".

Carmen empezó en los años 80, del siglo XX. Lo hizo con niños de 5 años en lo que se llamaba Unidad de Preescolar, los antiguos parvulitos. La unidad era masculina, recuerda. “El colegio era centro educativo, internado y seminario. No admitían a niñas”.

Tenía una clase de entre 25 y 27 años. Solo había una línea educativa. Ahora todo ha cambiado. Esta etapa se conoce como Educación Infantil y, en la actualidad, el colegio matricula niñas, tiene 6 aulas y una guardería. “En esta evolución, un granito seguro que ha aportado Carmen”, nos dice.

      
             
      

Foto de un aula

Siguiendo los pasos de su madre: maestra de escuela

“Siempre quise ser maestra”, manifiesta porque en su casa su madre también lo era. Pero deja claro que no fue hasta que terminó los estudios de COU cuando decidió finalmente que lo suyo era ser como se decía antaño “maestra de escuela”. “Es una profesión que me ha hecho muy feliz, no me equivoqué”.

La educación, reconoce, ha cambiado mucho. Los niños son diferentes porque la vida también es diferente. Crecen con las nuevas tecnologías al lado. “ Yo tenía mi máquina de escribir y fotocopias que hacía con calcos”. A nivel material pero también los valores han variado. “No para peor, son diferentes”.

ejemplo para todos los profesores de hoy 

"El reconocimiento es un premio para la señorita, la profesora, de toda la vida. En su figura están representadas muchas maestras y maestros de escuela que no solo acompañaron a sus alumnos en los contenidos sino en su vida. Se conocían a toda la familia". Son las palabras de Fernando Martín, director del Colegio San Agustín de Salamanca, compañero de Carmen. Lo que más le importaba a Carmen, nos ha contado, es que sus alumnos fueran felices y contentos. Todo un ejemplo para generaciones jóvenes de profesores

      
             
      

Mi familia: el pilar más importante

Mañana, miércoles 18 de diciembre, Carmen recogerá su merecido galardón y en ese instante, nos cuenta, “pensaré en mi familia, mi marido y mis hijos, que ha sido el centro de todo y me han ayudado mucho”.

El premio ha sido, manifiesta “disfrutar de esta hermosa profesión en la que yo me he realizado y he conocido a cientos de familias y niños a los que he ayudado a forjar su futuro. Soy afortunada".

Y aquí está Carmen, aunque jubilada le sigue picando el gusanillo de la profesión: maestra de escuela.