solidaridad

El motivo por el que esta ropa viaja desde un barrio de Salamanca hasta Paraguay: "Es un artículo de lujo"

Lo que para unos sobra, para otros es esencial y así lo demuestra la historia del ropero de Puente Ladrillo, un barrio salmantino que cambia vidas desde hace 20 años

Ropero de Puente Ladrillo (Salamanca)
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Conocemos la labor del ropero de Puente Ladrillo con Chuchi Razquin, uno de los voluntarios que lleva 20 años al frente

Silvia Merchán

Salamanca - Publicado el

5 min lectura

Seguro que te da pereza hacer el cambio de armario, de invierno a verano y viceversa. Es en ese instante cuando nos damos cuenta de la cantidad de ropa que tenemos y que no usamos; ya sea porque no nos gusta, porque se ha pasado de moda, porque ya no nos sienta como antes. Al final, la dejamos en el armario por el clásico “por si”.

Y así vamos acumulando ropa año tras año. La que tenemos desde que teníamos 20 años y la que nos vamos comprando cada año y que hace que al final tengamos hasta que sufrir para poder encontrar lo que queremos en nuestro armario.

Ya sabes que ahora mismo existen muchas entidades, contenedores municipales donde se deposita la ropa que no quieres o roperos que reciben de muy buen grado bolsas llenas de ropa. Porque lo que tú ya no quieres o no necesitas, otro lo quiere y lo necesita.

Hoy hablamos de un ropero muy especial, el ropero de Puente Ladrillo. Y para ello tenemos que viajar hasta Salamanca y en concreto hasta el barrio de Puente Ladrillo.

La historia de Puente Ladrillo

Igual te preguntas de dónde viene el nombre de este barrio salmantino: Puente Ladrillo. Se debe a la construcción de un puente de ladrillo rojo que cruza la vía férrea en dirección a Madrid. Está en la parte más antigua del barrio y permitía cruzar a las ovejas la línea de ferrocarril en el momento de la trashumancia.

El barrio nace durante las primeras décadas del siglo XX debido a la falta de viviendas en la capital salmantina. Las primeras familias que se asentaron en el barrio eran las de los trabajadores ferroviarios que levantaron sus casas de planta baja en unos terrenos que no eran suyos.

El barrio nació separado del resto de la ciudad. Durante mucho tiempo fue un barrio marginal pero no para la Iglesia. Un momento importante para el barrio fue la llegada del cura Heliodoro Morales. Entonces, la zona acumulaba ya medio millar de habitantes. El nuevo párroco animaba a construir las casas, aunque fueran ilegales, y él mismo llegó a impulsar la construcción de la actual iglesia: la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en terrenos de RENFE, sin permiso ni licencia.

Después de muchos años, este barrio consiguió unirse a la ciudad a través de otro barrio, el de El Rollo. Llegó también el transporte urbano a este lugar que empezaba a florecer. Se empezaron a construir viviendas sociales donde comenzaban a convivir familias gitanas y payas.

Ropero de Puente Ladrillo (Salamanca)

Ropero de Puente Ladrillo (Salamanca)

La llegada de los párrocos Romo y Buitrago

El párroco Heliodoro comenzó la labor que otros continuaron como fueron Antonio Romo y Francisco Buitrago. No había calles asfaltadas, pero sí mucha solidaridad.

Desde la parroquia se canalizaba el espíritu de solidaridad donde convivían familias de gitanos, payas e inmigrantes.

El Padre Romo, fallecido en 2022, empezó la labor de atender sobre todo a familias de inmigrantes en situaciones muy desfavorecidas. En la parroquia del barrio nació el Ropero de Puente Ladrillo. Una de las historias que marcaron su origen fue la de una familia ecuatoriana que , al llegar a la ciudad, se vio obligada a compartir vivienda con hasta doce personas sin colchones, sin calefacción y escasos recursos. Esta y otras situaciones similares impulsaron la creación del proyecto que, desde hace 20 años, ha brindado apoyo a quienes más lo necesitan.

La ropa, un artículo de lujo

Ropero de Puente Ladrillo (Salamanca)

Ropero de Puente Ladrillo (Salamanca)

“Para muchas familias, la ropa es un artículo de lujo” cuenta a COPE Salamanca Chuchi Razquin, voluntario desinteresado que lleva al frente del ropero de Puente Ladrillo desde 2005.

Su funcionamiento es muy sencillo. Ahora mismo el ropero se encuentra en la calle Jesús Arambarri. Abre dos días a la semana en horario de tarde. Hasta allí se acercan cientos de personas que donan ropa o cualquier tipo de material que luego se clasifica en ropa de mujer, hombre, niños, calzado, menaje de hogar o incluso carritos de bebés. Los mismos días y con el mismo horario se acercan las personas que necesitan estos enseres. “No se les pide nada más que la voluntad, aquel que puede un poco más da un poco y aquel que no puede no da nada”, nos dice Chuchi.

Chuchi hace memoria y nos cuenta que “han pasado por el ropero miles de personas y también muchos voluntarios que aportan su tiempo y sus ganas en echar una mano para ayudar a gente que lo está pasando mal”.

Del ropero de Puente Ladrillo a Capiatá

Del ropero de Puente Ladrillo a Capiatá

La ropa del ropero para formación de costureros y biblioteca en capiatá (paraguay)

La labor del ropero de Puente Ladrillo no solo es conocida en Salamanca, sino que ha traspasado fronteras. Mucha ropa ha llegado a zonas de Marruecos, Tanzania y Paraguay.

Con Paraguay, y especialmente con la zona de Capiatá existe una relación muy especial desde hace muchos años. Es un lugar donde todo lo que se envía se utiliza y sirve también para dar cobertura a un gran proyecto que incluye el mantener abiertos 40 comedores escolares con aportaciones voluntarias.

Además, “en los últimos años se han podido formar costureros y costureras que sueñan con tener un trabajo para poder vivir. Se han podido hacer cursos de formación, se han comprado máquinas de coser y sobre todo se ha fomentado el crecimiento personal de todos los participantes”, explica Chuchi. No se olvida también de decirnos que con el envío de material desde el ropero de Puente Ladrillo crece la biblioteca y su animación.

Y es que la cultura es importante para que las personas más desfavorecidas piensen en que pueden cambiar el rumbo de sus vidas.

Hace aproximadamente un mes que el ropero de Puente Ladrillo ha enviado su decimoquinto contenedor de ayuda humanitaria a Capiatá. El cargamento ha incluido ropa, mantas, material escolar, utensilios de cocina y libros destinados a personas en situación de vulnerabilidad.

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