solidaridad
El SOS que lanza el Comedor de los Pobres de Salamanca que debe 7 meses de alquiler: "No tenemos dinero ni para arreglar la calefacción"
Más de 30 años lleva este comedor dedicándose a tender la mano a los más pobres. A pesar de sus dificultades económicas, quien llama a la puerta encuentra un plato de comida caliente.
Salamanca - Publicado el
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En Salamanca, hace frío. Tenemos temperaturas bajo cero por la noche, buenas heladas y, afortunadamente, sol el resto del día. A esto se le suman los días de nieblas persistentes en Navidad y días previos. Es cierto que esta es la situación metereológica propia del invierno, no nos debe de extrañar.
Algunos más y otros menos, pensamos en aquellas personas que no tienen un hogar, que viven en la calle; y nos preguntamos cómo pasan estos días y noches. O nos acordamos de aquellas familias que viven en casas donde no pueden poner la calefacción porque luego llega la factura y es imposible pagarla. O aquellos que residen en habitaciones, a veces sin calefacción, y que no tienen derecho a cocina para poderse tomar algo caliente.
Bien es cierto que entidades como Cáritas Diocesana de Salamanca y Cruz Roja Salamanca ofrecen diferentes recursos a personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social. Lo hacen los 365 días al año sin importar si hace frío o calor.
Otra entidad que se deja la piel para ayudar a las personas que no tienen qué llevarse a la boca es el Comedor de los Pobres de Salamanca.
Más de 30 años tendiendo las manos a los más pobres
El Comedor de los Pobres, ubicado en el Paseo de la Estación número 73 de la capital salmantina, es un lugar abierto donde los más frágiles , en su mayor parte familias en situación de vulnerabilidad, personas sin techo, transeúntes y demás personas llaman a la puerta y reciben la ayuda de los voluntarios que colaboran.
Ha cumplido ya 30 años. La entidad se fundó en 1994 gracias a Queti Luciano y su marido Manuel Ledesma, ya fallecido, responsables de la Asociación de Misioneros Amigos del Silencio con el objetivo de acoger, ayudar, buscar y tender las manos de los más pobres entre los pobres.
A lo largo de todo este tiempo se han ido ampliando los servicios que ofrece el Comedor de los Pobres. Además de distribuir menús envasados, lotes de alimentos y comida caliente ofrecen atención integral a las familias, atención psicológica y clases particulares a niños en lo que se llama “Misión Educativa”.
sin calefacción y siete meses de alquiler sin pagar
La entidad, cuenta a COPE Salamanca Queti Luciano, vive de los donativos económicos de muchos bienhechores, empresarios y particulares salmantinos que “creen en este proyecto y nos ayudan”. “Debemos siete meses de alquiler del local en el que nos encontramos y no funciona la calefacción. Se ha estropeado la caldera y no tenemos dinero para arreglarla. Estamos estirando mucho la cuerda, ya veremos hasta dónde”.
Hace un llamamiento, lanza un SOS para que todos aquellos que lo deseen aporten un donativo por pequeño que sea. “Todo nos viene bien”, añade. Recuerda que, en el local de al lado, continua abierto el rastrillo solidario donde también se puede adquirir un producto y contribuir a sostener el Comedor de los Pobres.
A pesar de esta situación crítica, la entidad no cierra sus puertas. Mañana tras mañana pasan alrededor de 30 personas a desayunar un café y algo de bollería que les donan algunas pastelerías, salmantinos o incluso la churrería que tienen al lago.
Esta semana más de 120 familias han recibido su lote de comida mensual y a la hora de la comida reciben en torno a 54 personas que viven en la calle o en habitaciones donde no pueden cocinar. “Quisiéramos acoger a más personas, pero no caben. Hay personas que comen hasta en el oratorio”, dice Queti.
“Dentro del Comedor hace frío, muchos comen estos días con la nariz colorada pero con el corazón caliente. Se sientan a la mesa, degustan un plato caliente de legumbres y charlan un rato con otras personas en su misma situación. De esta manera, se caliente por lo menos el alma”, sentencia Queti Luciano.