La carta de una doctora del medio rural segoviano

Critica a los profesionales que buscan excusas ante la situación actual y les recuerda que es la profesión "más bonita del mundo"

Consultorio rural

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El sindicato UGT ha recibido la carta abierta de un medico de familia que presta sus servicios en la zona Segovia Rural. El texto es el siguiente.

"Han pasado ya 3 semanas y nadie, y digo nadie, supo ver la llegada de ese enemigo invisible que es el Covid-19, que ha conseguido poner patas arriba nuestra forma de vida. Han fallado muchas cosas: los sistemas de alerta epidemiológica, los servicios de inteligencia, la OMS...hemos fallado todos. Tiempo habrá de buscar responsabilidades y poder encontrar soluciones para futuras amenazas, pero estamos aquí y ahora y es en esta realidad en la que tenemos que vivir.

Somos varias generaciones las que nunca imaginamos vivir con tanta incertidumbre, vivir con tanto miedo. Sobre todo en Europa nos creíamos a salvo y, de pronto, nos hemos dado cuenta de que somos vulnerables y frágiles ante una situación que nos supera. Durante estas tres semanas de crisis, de caos, de desastre... he podido ver lo más profundo de las personas, porque es bien cierto que en los momentos difíciles es cuando emerge lo mejor y lo peor del ser humano. Y no voy a referirme a la humanidad en general, si no a la parte que mejor conozco, que es el mundo sanitario.

He visto compañeros y compañeras que están haciendo un esfuerzo más allá de lo humanamente posible, intentando poner orden en el caos, trabajando los siete días de la semana, las horas que sean necesarias, consolando a quien lo necesita, esforzándose al máximo para ayudar a pacientes y familias, superando su propio miedo al contagio, estando en primera fila luchando contra el maldito coronavirus, llorando de impotencia y de agotamiento, haciendo el enorme esfuerzo de dejar su casa y a sus familias para protegerlas....porque nadie corre más riesgo de infectarse que nosotros. Pero ahí estamos la mayoría, en primera fila. Y estamos ahí simplemente porque hemos elegido la profesión más bonita del mundo, que es ayudar a quien lo necesita.

Pero hay otras personas, que no diré compañeros, que equivocaron su profesión; personas que se han dejado llevar y paralizar por el miedo, egoístas que buscan excusas que nadie les ha pedido y que han encontrado en la huida su vía para escapar. Allá cada cual con su conciencia. No merece la pena dedicarles más palabras. Está claro que no han entendido la esencia de la medicina.

Estas palabras son un homenaje y mi gratitud por el sentido del deber, la humanidad, la responsabilidad, la solidaridad, la entrega, la honestidad, el esfuerzo, la compasión, el trabajo y el amor para todas esas personas a las que puedo llamar con orgullo COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS.

¡Ánimo!"

Carmen Castaño Yubero. Médico de familia