¿La progresividad del IRPF es suficiente?: La visión del economista investigador segoviano, Darío Serrano
La fiscalidad está en el debate actual del panorama nacional por la influencia de los comicios madrileños
Madrid - Publicado el - Actualizado
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¿Es lo suficientemente progresivo el IRPF en España? ¿Qué es la presión fiscal? ¿Cómo es la fiscalidad española en esta materia? La agenda y el debate de política económica de estos días gira en torno a la fiscalidad. Por un lado, las instituciones europeas condicionan la recepción de los fondos de recuperación Europeos Next Generation EU a la existencia de un plan reformas estructurales en nuestra economía, algunas de ellas en materia fiscal. Por otro lado, en un contexto claramente marcado por la dinámica electoral madrileña, los líderes políticos juegan con la política fiscal como forma de vender sus proyectos.
Estos días vemos cómo el debate madrileño ha tornado en un debate en clave nacional donde el Gobierno Central anuncia subidas de impuestos y la Presidenta en Funciones de la Comunidad de Madrid aboga por bajadas masivas de los mismos. De fondo, también vemos cómo otros territorios de España exigen mayor armonización fiscal. Castilla y León o Andalucía, en manos del PP, apuestan por una armonización a la baja, mientras que en Cataluña los socios de Gobierno de Pedro Sánchez piden armonización fiscal a la alta.
Concretamente, entre otros impuestos, el debate gira en torno al IRPF, un impuesto donde los distintos gobiernos autonómicos tienen autonomía fiscal para subir o bajar las tarifas o gravámenes y las deducciones. Ahora bien, muchas veces el debate se construye con base en indicadores poco útiles y mantras económicos que han sido demostrados falaces. Unos dicen que la presión fiscal española (recaudación de Impuestos sobre PIB) está muy lejos de la que tienen los socios europeos. Otros dicen que esa presión fiscal hay que ajustarla por la renta per cápita de cada país, porque no es lo mismo pagar un 30% de impuestos en Alemania, con una renta per cápita de unos 40.000€, que pagar un 30% en España, con una renta per cápita de unos 25.000€. Estos abogan por medir la fiscalidad a través del esfuerzo fiscal (Presión fiscal sobre PIB per cápita).
Ahora bien, estos últimos no hablan de esfuerzo fiscal para analizar las diferencias regionales españolas, donde las comunidades más ricas tienen menor esfuerzo fiscal. Ni tampoco usan este indicador para analizar la progresividad del impuesto, esto es, cuánto de más pagan los ricos y cuánto de menos los pobres. ¿Qué hay detrás de todos estos indicadores? ¿Para qué nos sirven?
En España, la Constitución señala que el sistema impositivo debe ser progresivo. Ahora bien, ¿es el sistema español y suficientemente progresivo? Depende. Depende de si el objetivo del análisis es maximizar la recaudación impositiva o maximiza el bienestar social. ¿Qué es eso del bienestar social? ¿Cómo se mide? ¿Qué es la famosa curva de Laffer?
Darío Serrano analiza qué nos dice la evidencia sobre los indicadores de presión y esfuerzo fiscal y vamos a repasar algunos trabajos académicos sobre el IRPF (que es el impuesto más progresivo en España) para intentar entender si estamos ante un sistema suficientemente progresivo para maximizar la recaudación o para maximizar el bienestar social.