¿Tiene afección directa sobre el empleo una modificación del Salario Mínimo Interprofesional?
El investigador economista segoviano Darío Serrano aclara conceptos tras un informe del Banco de España sobre el asunto
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La semana pasada, el Banco de España sacó a la luz un estudio sobre “Los efectos del Salario Mínimo Interprofesional: nueva evidencia para España”, en el que se analiza el impacto sobre el empleo de la subida del 22% (hasta los 1.050 euros mensuales en 12 pagas) que se produjo en 2019. Tras ello, asistimos a un bombardeo constante de titulares, comentarios, críticas y actuaciones de representantes públicos algo desairadas. Pero realmente, ¿qué dice el estudio? ¿Cuáles son los efectos de la subida? ¿Quiénes perdieron el empleo? ¿Cuántos lo mantuvieron con menos horas? ¿Se redujo la creación de empleo? Quizá un debate más sosegado y basado en la evidencia nos ayude a comprender los efectos tanto positivos como negativos que realmente tiene una política como la de subir el SMI.
El Banco de España muestra cómo la subida afectó al 10% de los ocupados (1,6 millones de personas), principalmente jóvenes, temporales, trabajadores en pequeñas empresas y en sector de la agricultura. Por el contrario, la subida previa del SMI de un 8% en 2018 afectó al 4% de los ocupados. El estudio constata cómo en 2019 continuó el ritmo de crecimiento del empleo, con unos 400.000 empleos más. También se muestra cómo el crecimiento del empleo se ralentizó más en actividades, provincias y edades con una incidencia mayor del SMI. Aunque esto último es un dato que no prueba un efecto causal (al ser resultados agregados y no poder distinguir bien a los trabajadores realmente afectados).
Para mostrar el efecto de la subida del SMI en el empleo, el Banco de España identifica las personas afectadas por la subida del SMI y analiza su evolución a lo largo de los últimos años. También identifica a las personas con salarios ligeramente por encima del SMI. Tras ello, observa que el diferencial de su tasa de crecimiento se mantiene constante en los últimos años y que, con la subida de 2019 se rompe este hecho. La diferencia en el crecimiento es entre 6 y 11 puntos porcentuales menor al esperado a diciembre de 2019, dependiendo de la metodología con la que se calcule. Éste sería el efecto sobre el empleo potencialmente afectado por la subida del SMI. Si aplicamos esta diferencia de 6 a 11 puntos porcentuales a los afiliados de 2019, podemos obtener una cuantificación del empleo afectado por la subida. Se perdieron entre 90.000 y 170.000 empleos.
Aunque la mayor parte de los trabajadores afectados por la subida, entre el 89% y el 94%, siguieron trabajando con mayor sueldo. Los datos de empleos perdidos incluyen tanto empleos destruidos como puestos de trabajo no creados. Esto significa que, aunque la subida del salario mínimo impulsó al alza la retribución de casi todos los trabajadores que cobraban por debajo del nuevo SMI, una parte de ellos vieron cómo su empleo se perdía. En concreto, fueron entre un 6% y un 11% los que perdieron su empleo o no tuvieron posibilidad de entrar en el mercado laboral. Es cierto que el empleo de los trabajadores afectados venía creciendo menos que el resto, pero esa diferencia, que era estable en los últimos años, en 2019 se rompe y el colectivo afectado crece 3 veces menos. Uno puede pensar que si los trabajadores cobran más saldrían de esa banda salarial por debajo del SMI, pero esto no se sostiene al mirar la evolución de aquellos en el tramo salarial inmediatamente superior (hasta 1250€ de base), que se mantiene constante.
También se muestra cómo la subida del SMI de 2019 redujo la probabilidad de los trabajadores afectados de permanecer empleados al año siguiente de forma significativa entre 2,3 y 3,2 puntos porcentuales. Es decir, al menos una parte relevante del efecto que hemos visto antes, viene de empleos que existían en 2018 y que, como consecuencia de la subida del SMI, desaparecieron en 2019. Los trabajadores mayores aumentaron más su probabilidad de perder el empleo que los jóvenes. Lo interesante es que el efecto de la subida del SMI en 2019 no es muy diferente respecto al efecto encontrado en 2017. Uno podría pensar que cuanto más alto sea el nivel inicial desde el que se produce la subida más perniciosos serán los efectos, pero no parece ser así, cosa que el Banco de España cree que es porque el SMI en España aún no ha superado el umbral del 60% del salario mediano. Esta es una barrera a partir de la cual las subidas del SMI podrían generar mayores efectos negativos sobre el empleo.
La subida del SMI puede hacer también que ciertos empleados no pierdan el empleo pero que sigan trabajando haciendo menos horas, lo cual también sería un efecto negativo sobre el empleo. En general se observa que entre las personas mayores casi toda la caída de la probabilidad de permanecer empleado a jornada completa se traslada a una mayor probabilidad de estar desempleado, es decir, casi todos los trabajadores mayores despedidos fueron al paro. Sin embargo, un 40% del efecto en el empleo de los trabajadores jóvenes se debe a que dejaron de estar trabajando a jornada completa y pasaron a trabajar a jornada parcial.
Por último, se estudia el efecto de la subida del SMI en la probabilidad de que un parado encuentre empleo. Muestran que los trabajadores identificados como afectados (aquellos que cobraron menos de 1.300€) presentan una menor probabilidad de reincorporarse al empleo, siento este efecto más grande entre los jóvenes.
Nos falta, eso sí, una estimación ajustada del saldo de salarios ganados y perdidos. Es decir, estimar la suma de aumentos en los salarios producidos por la subida del SMI (que afectan a unos 1,6 millones de trabajadores) y restarle la suma de salarios que se han perdido por el impacto negativo en el empleo. También nos queda por saber cómo ha sido este efecto para otros colectivos, además de la edad. Por ejemplo, la formación o el sector de actividad. Conocer mejor sobre qué colectivos ha habido más incidencia negativa permitiría aplicar mecanismos de respuesta más eficaces y correctamente dirigidos, que podrían paliar parte de los efectos negativos de la medida.
El Banco de España se centra en evaluar cuál es el impacto de la subida del SMI en el empleo de las personas que en 2019 tenían salarios por debajo del nuevo salario mínimo. Aquí claramente la institución evaluadora deja claro que “la decisión de subir o no el SMI no puede circunscribirse al impacto de este instrumento en un solo factor”. No se pretende que la labor académica sustituya a la política, sino que únicamente se tengan en cuenta aspectos relevantes y evaluados sobre los efectos que pueden tener la toma de determinadas decisiones políticas.