Ser seminarista hoy: un reto y una alegría

Hace más de un año que el santo Padre nos regaló «Patris corde», la carta apostólica con motivo de los 150 años de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia. En ella, Francisco nos recuerda que José no fue en un hombre que se resignara pasivamente a los aconteceres y pruebas que le salieron al encuentro, sino que fue un protagonista fuerte y valiente de su historia personal y de la de su familia, como en este momento nos demuestran los miles de padres que ponen a salvo a sus mujeres e hijos y se quedan defendiendo la libertad ante la barbarie de las bombas. Lejos de pensar que creer significa encontrar soluciones fáciles, nos dice el Santo Padre que la fe en Cristo nos enseña que san José no buscó atajos y afrontó con los ojos abiertos lo que acontecía, asumiendo su responsabilidad en primera persona.

San José, pues, fue un padre ejemplar y por eso es también patrón del Seminario, el lugar donde se forman los que serán futuros padres, futuros pastores del pueblo de Dios. Uno de ellos, Dios lo quiera, es Josué, joven de Riaza que convive junto con otros en el Seminario Menor de Segovia. El Espejo acerca esta vez sus micrófonos hasta sus padres, Javier y Socorro, para que conozcamos mejor a su familia, una familia cristiana que, «unida como una piña» acompaña en la distancia a su hijo en esta fase de su educación. Tras el necesario periodo de adaptación por parte de todos —dicen que le echan de menos, sobre todo su hermana pequeña—, aseguran que sienten de veras una gran alegría por el paso que su hijo ha dado, alegría porque su hijo esté abierto a la llamada del Señor. Y es que, afirman, hoy en día querer ser seminarista es algo muy especial, un reto para todos.

La fe nace en la familia, algo que aparece cada vez más claro en la época que vivimos en la que lo religioso no está sociológicamente presente en todos los ámbitos de la vida como antaño. En el prendimiento de la fe en los niños, los abuelos desempeñan un papel relevante. En esto, y en el cuidado casi diario de los nietos que muchos de ellos asumen. En la sección mensual de familia, El Espejo entrevista a Pepa y Pepe, un matrimonio de abuelos jubilados con dos hijos y cinco nietos que nos hacen partícipes de sus vivencias y de su alegría —de nuevo, esta palabra— por poder ver crecer a estos últimos y ser también responsables de su educación.

El tercer invitado del espacio es Juan Cruz Arnanz el rector del Seminario Menor de Segovia. Con él, repasamos la última convivencia del grupo de seminaristas y amigos que tuvo lugar en Guadalupe y otras localidades extremeñas, cargada de actividades formativas. Y, como es natural, también nos presenta el programa de la Jornada del Seminario que se desarrollará en distintos emplazamientos de la capital y a cuyos actos están invitados familiares y amigos.

Cerramos el programa con otro cuento que nos regala Manos Unidas. Su título es Amistad Invisible, y está escrito por José Fco Del Oso y leído por María Del Oso.