Iglesia Noticia

Del luteranismo al catolicismo: un testimonio de fe

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Acaba de terminar el curso escolar. Niños y jóvenes ya están disfrutando de las vacaciones que esperaban con tantas ganas. Y qué mejor manera de comenzarlas que con Segovia recuperando sus ferias y fiestas en pleno esplendor. Por delante, algo más de dos meses de verano para descansar y, ¿por qué no? Para pasar más tiempo en familia y con amigos, disfrutando del tiempo de ocio sin apenas mirar el reloj.

Seguro que no me equivoco si les digo que a los que somos un poco más mayores, cuando llega esta época, nos invade esa melancolía de los veranos de cuando éramos pequeños. Los juegos en la calle hasta el anochecer, los baños en las piscinas o en el río, los viajes en familia a la playa o a la montaña... Esas pequeñas cosas que apenas valorábamos entonces y que ahora tanto echamos de menos. Seamos como niños, disfrutemos del verano que tenemos por delante.

Aunque muchas veces nos empeñamos en remarcar las cosas que nos separan, que nos hacen diferentes, siempre hay algo que nos une. Y, precisamente, esas cosas comunes han sido el germen para que nuestra entrevistada de hoy, Ingunn Stanghelle, decidiera dar el paso para solicitar su admisión en la Iglesia católica.

Ingunn es noruega, y protestante luterana de nacimiento. Durante su infancia y juventud, no conoció otra cosa que no fuera el protestantismo pues, hasta hace relativamente poco, era la religión del Estado y, además, su padre es pastor en la Iglesia luterana. Avatares de la vida, llegó a España a principios de los 2000, estableciéndose en Alicante, donde ejerció como fisioterapeuta.

Con ganas de profundizar en la fe cristiana y animada por su entonces novio —ahora marido— católico, que nunca ha cuestionado su fe, se tomó un año sabático para iniciar los estudios de Teología en Granada. Una inquietud que le llevó a terminar los estudios y obtener el título. Poco a poco, muy lentamente —como mejor se cocinan las cosas—, Ingunn iba dándose cuenta de que lo que ella había creído toda su vida no era realmente congruente con lo que estaba estudiando sobre los santos y sobre la Virgen.

Y así, poco a poco y muy lentamente, fue dándose cuenta de que sus creencias eran más acordes al catolicismo que a su luteranismo de cuna. No solo esos estudios le permitieron acercarse al catolicismo de otra manera, una vivencia personal durante una celebración católica en la que sintió que la temblaban las manos y el pecho se le encogía mientras el sacerdote consagraba el pan y el vino, le fueron llevando a tomar la decisión de querer ingresar en la Iglesia católica.

Solicitud, preparación...un proceso que le llevó hasta la celebración que tuvo lugar a primeros de junio en la iglesia de San Miguel. Una emotiva Eucaristía, presidida por don César, en la que Ingunn estuvo arropada por su marido y su familia. «Más nerviosa que contenta» decía estar ante este momento tan especial, y también «muy agradecida» por la acogida y la bienvenida del pueblo católico. Algo que, como le diría su propio padre al aceptar su decisión, le permite sentir que «está en casa».