Iglesia Noticia

Escuchar (y contar) con los oídos del corazón

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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«Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias». Estas son las elocuentes palabras de Ryszard Kapuscinski, referente moral del periodismo del siglo XX.

Vivimos en la sociedad del aquí y el ahora, de la instantaneidad. Algo que también afecta a la comunicación. Nos hemos acostumbrado a consumir información sin filtro, sin contraste, sin reflexión. Nos hemos habituado a un consumismo voraz que debilita una de las funciones más importantes del periodista, formar una audiencia con razonamiento crítico. Estamos más informados que nunca, pero se nos olvida escuchar con los oídos del corazón.

Celebramos hoy la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Un día para poner en valor el trabajo de los profesionales que cumplen con esa encomienda de anunciar las buenas (y las no tan buenas) noticias. Alguien que sabe, y mucho, de esto es José Gabriel Vera, director de la Oficina de Información y del secretariado de la CECS de la Conferencia Episcopal Española.

Periodista y sacerdote, ha sabido unir en su camino estas dos vocaciones. Por eso tiene una sensibilidad especial a la hora de entender el mensaje del Papa para esta jornada, en el que el Santo Padre nos pide «escuchar con los oídos del corazón». Qué importante es sintonizar con el de enfrente, que el corazón del comunicador lata junto al protagonista de la historia, que esa misma historia se cuente con el corazón.

Historias escuchadas y contadas con corazón son importantes en la Iglesia, porque la comunicación es «esencial» en el seno de la institución donde todos, como pueblo de Dios, estamos obligados a ser conscientes y a anunciar la buena noticia, aunque a veces debamos ser más explícitos, sobre todo con aquellos que menos conocen o más alejados están de la Iglesia.

Es cierto que en ocasiones hay informaciones —como las referentes a los abusos o a las inmatriculaciones— que aunque reflejen una verdad que no sea cómoda «nos hacen no estar cómodos pero sí tranquilos», porque precisamente con verdad se puede responder. Y es que ante quienes atacan a la institución con «verdades a medias» es importante responderles con la verdad situada en contexto, reconociendo los errores que se puedan haber cometido en el camino.

Información y comunicación que, en Diócesis como la nuestra, es de vital importancia, puesto que con un pequeño gesto, un simple Whatsapp, se puede llegar a toda la comunidad de una manera más fácil y rápida que en otras Diócesis de mayor tamaño. Josetxo nos deja deberes, esperamos poder cumplirlos.