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San Miguel, un lugar privilegiado de nuestra historia

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Iglesia Noticia en Segovia 11 12 22

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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A todos nos gustaría dejar huella en este mundo. Ser recordados por algo que hicimos bien en nuestro camino. La historia de la humanidad está repleta de personas a las que no nos gustaría haber conocido demasiado...hombres y mujeres de dudosa moral. También hay otros con los que quizá quisiéramos compartir una tarde de charla y café, hombres y mujeres que han trascendido dejando una huella imborrable. Y si hay alguien que destaca por encima de todos entre estos últimos es Jesús. El mismo Dios hecho hombre para compartir nuestro camino y enseñarnos la historia de la salvación. Estamos a punto de verle nacer de nuevo, está en nuestra mano permitir que deje huella en nuestro corazón.

De historia saben, y mucho, nuestros dos invitados de hoy: Eduardo Juárez y Mercedes Sanz de Andrés. Con ellos hablamos de la vinculación con la historia de nuestra ciudad, nuestro país, y el resto del mundo de la iglesia de San Miguel de la capital. Un templo de actualidad por la reciente incoación del expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural aunque, como dice Eduardo, sorprende que no lo fuera ya antes.

Sede del Concejo de Segovia, su vinculación con la historia es de sobra conocida por muchos. Además de tener relación con la familia Laguna, forma parte de la historia artillera de la ciudad al albergar a los miembros de la Academia de Artillería cada año en la celebración de santa Bárbara.

Si hay un hecho histórico ligado a este templo que destaque sobre los demás es la proclamación de la infanta Isabel I de Castilla como reina. Un acontecimiento que se producía en nuestra ciudad el 13 de diciembre de 1474, hace 548 años y que, curiosamente, se celebró un martes 13, coincidiendo la fecha con la del aniversario que conmemoramos este año. Todo un proceso cuidadosamente planificado y orquestado que se celebró en San Miguel por ser la sede del Consejo, curiosamente, siendo una iglesia, en un cadalso preparado al efecto para la proclamación.