Madrid - Publicado el
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Cuando se va cerrando un curso nos damos cuenta de lo rápido que avanza el tiempo dejando tras de sí una estela de recuerdos y de olvidos. Porque parece que fue ayer cuando nos llegaban las imágenes del volcán de la isla de La Palma y de sus habitantes viendo toda su vida engullida por la lava. ¿Qué será ahora de ellos?
Parece que hace nada la terrible noticia de la invasión de Ucrania por el ejército ruso nos congelaba el corazón, un corazón que ahora se ocupa de otras cosas, porque, ¿Qué será ahora de esas personas que han huido del conflicto? ¿Y de las que permanecen allí? ¿Qué será de esos transportistas que hace unos meses paralizaban el comercio con sus quejas por los precios abusivos de luz, gas y carburante? El tiempo pasa y se lleva con él esas noticias que un día tanto nos preocuparon y que hoy quedan lejos en nuestra memoria. Que el tiempo pase, pero que las historias no queden en el olvido.
Historias como la de todas y cada una de las personas que acuden a Cáritas Diocesana de Segovia para solicitar ayuda de la entidad. Al frente, Ángel Anaya Luengo, que llegó a Cáritas hace seis meses. Desde enero se ha ocupado de conocer a Cáritas y que Cáritas le conozca a él. En todo este tiempo le ha sorprendido «para bien» la complejidad de la entidad y todos sus programas, así como la entrega de trabajadores y voluntarios para dar y ser amor, como reza el lema del Día de la Caridad que celebramos hoy.
Uno de los hitos de este tiempo ha sido el cambio de sede a la calle Desamparados, antiguo convento de las Juaninas. Algo que ha permitido a Cáritas aglutinar a sus trabajadores y todos los programas en un mismo lugar, lo que se traduce en poder atender más y mejor a quienes llaman a su puerta. Personas que vienen a Segovia en situación administrativa irregular, a quienes no les duelen prendas para acudir en busca de ayuda. Pero también segovianos, a quienes las sucesivas crisis económicas y sanitarias que acumulamos han mermado sus ingresos y nivel de vida, a los quienes les cuesta un poquito más reconocer su realidad y llamar al timbre de Cáritas.
Por delante, proyectos encaminados a ofrecer un espacio de ocio para infancia y juventud en una sede que tiene mucho que aportar. Lugar en el que, cuando la viabilidad económica lo haga posible, se establecerá un hogar de acogida para todo aquel que lo requiera. Porque Cáritas no se olvida de lo más importante, la atención a las personas.
Ángel Anaya es el representante de Cáritas Diocesana de Segovia en la Eucaristía y procesión del Corpus. Una celebración de gran importancia, como nos recuerda Ángel García Rivilla, deán de la Catedral, quien destaca los tres pilares fundamentales de este día: la custodia, la alabanza y la acción de gracias. Quedan todos invitados a celebrar el Corpus Christi, ya sea en la Catedral y las calles de la capital o en cada rincón de la Diócesis.