El pueblo de Soria de 700 habitantes de la España vaciada sin bancos porque un vecino llevó 1.700 asientos del Camp Nou
En plena zona rural ahogada por la despoblación se encuentra un municipio que tiene una curiosa historia que le relacionará para siempre con el FC Barcelona
Vista aérea de la ciudad de Langa de Duero
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En pleno corazón de la España Vaciada, concretamente en la provincia de Soria, se encuentra un pequeño y pintoresco municipio que no tiene bancos, pero sí algo mucho más peculiar: 1.700 asientos que un día acogieron a miles de aficionados del FC Barcelona en el Camp Nou. Esta historia, a medio camino entre la curiosidad y la hazaña, no solo une a Langa de Duero con el mítico estadio barcelonista, sino que también pone de relieve la imaginación y determinación de un vecino del pueblo que, a mediados de los años 90, vio una oportunidad donde muchos solo veían basura.
Con apenas 700 habitantes, Langa de Duero es un municipio que pasa desapercibido para muchos, pero que guarda una historia que lo hace único. Situado en una de las zonas más tranquilas de Castilla y León, este pueblo destaca por sus monumentos, sus fiestas y, sobre todo, por un detalle tan curioso como singular: la falta de bancos y la presencia de los icónicos asientos de uno de los estadios más grandes del mundo.
El protagonista de esta inusual historia es Aurelio, un hombre común que, trabajando en un bar en 1998, se enteró de que un cargamento de sillas provenientes del Camp Nou estaba a punto de ser desechado, como revela en El Periódico de España. Unas sillas que, hasta ese momento, habían presenciado algunos de los momentos más inolvidables del fútbol mundial, como las jugadas de Johan Cruyff, el gran futbolista y entrenador del FC Barcelona. Sin pensárselo dos veces, Aurelio vio una oportunidad única para su pueblo.
Casa en ruinas. Langa de Duero, provincia de Soria
En una época en la que las ciudades más grandes luchaban por modernizarse, Langa de Duero afrontaba el reto de no contar con suficientes bancos en sus plazas y calles. Fue entonces cuando Aurelio, el hombre que lo cambiaría todo, ideó un plan que parecía de locos: conseguir esos asientos y colocar cada uno en los lugares más concurridos del municipio. Pero no solo se trataba de un cambio estético, sino de una verdadera obra de ingeniería popular.
1.700 asientos del Camp Nou
Convenció al propietario del cargamento, llamó al alcalde y en menos de 24 horas consiguió resolver el entuerto. Con una determinación admirable, Aurelio desatornilló hasta 1.500 tornillos en un solo día, transportó los asientos y los colocó en diversas ubicaciones del municipio, sobre todo en el campo de fútbol municipal, el Municipal de las Eras, donde juega el Club Deportivo Langa, el equipo local que en su día fue bicampeón provincial. Sin embargo, el pueblo no se mostró tan agradecido como Aurelio esperaba.
Aunque la hazaña de Aurelio fue reconocida en su momento por los medios locales, él sigue lamentando que el pueblo no le haya agradecido adecuadamente el esfuerzo realizado. Según comenta en diversas entrevistas, pese a conseguir las sillas de manera gratuita, no hubo ni un simple gesto de agradecimiento, ni una invitación a un vinito o un queso, algo que él considera una muestra de falta de aprecio por su trabajo y dedicación.
El pueblo de Langa de Duero, hoy, se mantiene como un lugar singular donde los turistas que pasan por allí se sorprenden al ver esas sillas de colores, con el logo del FC Barcelona grabado en ellas, a modo de bancos improvisados que, con el paso del tiempo, se han convertido en uno de los atractivos turísticos de la zona. ¿Quién pensaría que un municipio de 700 habitantes, en medio de la España Vaciada, estaría vinculado para siempre con el fútbol y el Camp Nou?
Fachada de casa en ruinas. Langa de Duero, provincia de Soria
A pesar de la falta de reconocimiento a su gestión, Aurelio sigue siendo un referente en Langa de Duero, y su historia permanece como un testamento de cómo la creatividad y el empeño de un solo individuo pueden cambiar la realidad de un pueblo entero, transformando lo que parecía ser solo una anécdota en un legado que perdurará por generaciones.
En plena España Vaciada
En un país donde las historias más inusuales suelen quedarse en el olvido, la de Aurelio y sus asientos del Camp Nou es un ejemplo de cómo un pueblo pequeño puede sorprender al mundo entero, y de cómo, a veces, las mejores ideas nacen de la casualidad y la visión de una persona dispuesta a hacer de lo ordinario algo extraordinario.
Langa de Duero es mucho más que un pequeño pueblo soriano; es un símbolo de la España rural, de la España que a menudo no aparece en las grandes estadísticas, pero que guarda historias fascinantes como esta. Gracias a la intervención de Aurelio, un hombre con visión, el municipio se ganó un lugar en la historia del fútbol, y su singular relación con el FC Barcelona quedará para siempre grabada en la memoria de quienes visiten este rincón único de Soria. A pesar de las dificultades para conseguir el reconocimiento que merecía, la historia de los 1.700 asientos del Camp Nou sigue viva, demostrando que la imaginación y el trabajo en equipo pueden transformar cualquier lugar, por muy pequeño que sea.