Joven y sacerdote, un desafío y una esperanza para la Iglesia
Marcos Rebollo, de 26 años, será ordenado este domingo sacerdote en la Catedral de Valladolid
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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La secularización de la sociedad, la falta de compromiso y el individualismo son los principales frenos a las vocaciones religiosas. Decir Sí cuesta y lleva un tiempo de maduración incluso para quienes decidieron dar el paso. Le ocurrió a Marcos Rebollo, un joven diácono vallisoletano de 26 años que este domingo será ordenado sacerdote en la Catedral de Valladolid. En declaraciones a COPE dice no estar tan preocupado por el número “porque al final uno siente la llamada y solo se puede decir que sí”. Afronta con esperanza, ilusión y como un desafío esta ordenación, consciente de que hay menos vocaciones que en otros tiempos, “pero las nuevas generaciones lo vemos con ilusión, con emoción, un desafío de la Evangelización ante el nuevo mundo. Una esperanza”.
Creció en una familia con fuertes raíces cristianas y fue a los 18 años cuando intuyó que Dios le pedía algo, “pero no estaba dispuesto porque implicaba mucho y yo quería hacer mi vida al final. Al acabar la Selectividad me matriculé y ese verano tuve una experiencia de Dios muy fuerte y tuve que decirle que sí. Ahí entré en el Seminario”.
Desarrolla su labor pastoral como diácono en Peñafiel, Valladolid, y alrededores. Desconoce cuál será su destino, pero tiene claro que ejercerá un sacerdocio desde la cercanía, con mucha humanidad y oración. Una etapa que afronta con optimismo, “consciente de que Dios me ha dado una vida más plena”.
Este domingo de Pentecostés será ordenado sacerdote en la seo vallisoletana por parte del Cardenal Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, será la última ordenación presbiteral de monseñor Blázquez.
Marcos Rebollo es hijo del fallecido Alejandro Rebollo, historiador del arte y del patrimonio de Valladolid y un enamorado de la ciudad y su Semana Santa.