María, 14 meses sin jugar a la tragaperras: “Tenemos que ser fuertes para cuando la enfermedad se despierte”
Ajupareva lanza un SOS ante la falta de fondos. En julio trabajarán con lista de espera para los nuevos casos de adicción al juego
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María tiene 67 años. Con 16, introdujo la primera moneda en una máquina tragaperras con la vuelta de haber pagado una manzanilla en una bar de Madrid. Desde ese momento, el juego se convirtió en el centro de su vida. Cada mes, reservaba una cantidad tras hacer frente a sus obligaciones, pero llegó a ser insuficiente. Llegó a robar joyas en las seis casas en las que trabajaba. Hoy está a espera de juicio y hace frente a una reclamación judicial de 14.000 euros. Se repite como un mantra que hay que ser fuerte “para cuando la enfermedad se despierte”. “Ser fuerte para decir no”, insiste.
Las cifras del juego dejan en Castilla y León datos en ascenso. La recaudación por tributos ha crecido en 5,4 millones en un año. El pasado 2022 se recaudaron 70,6 millones frente a los 65,2 de 2021. Valladolid y León son las dos provincias donde más se recaudó con 15 y 14 millones, respectivamente.
María cuenta los días y los meses sin jugar, pero sobre todo, sufre las consecuencias de haber estado metida en el juego 51 años. Lo peor, según ha relatado en Mediodía COPE Valladolid, haber perdido el contacto con su hijo. No sabe nada de él desde que le confesó sus problemas con la adicción al juego y su proceso judicial abierto. María recibe tratamiento psiquiátrico, sabe que esta enfermedad le acompañará toda la vida. “He tenido tres intentos de suicidio, sé que es lo último, pero llega un momento en el que te puede más lo que has hecho y el malestar”, reflexiona.
Una adicción que crecía
“No lo hacía a diario. Cuando cobraba, pagaba mis cosas y lo que me sobraba, lo jugaba”, recuerda en sus inicios en Madrid. Hoy vive en Valladolid donde ha vivido parte de esa adicción, pero donde ha encontrado el apoyo necesario a través de la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid, Ajupareva.
El juego empezó a apretar y su dinero fue insuficiente. En 2021 empezó a trabajar como personal de servicio en seis casas. Recuerda como en una de ellas, había una bandeja de plata con joyas. “Estaba mal y no tenía para jugar. El primer día no cogí absolutamente nada, pero al día siguiente, era una obsesión por jugar, que le cogí unas cuentas joyas y las vendí. Me fui directamente a jugar”. “Lo hice en seis casas”.
Hoy se encuentra a la espera de juicio previsto inicialmente para el 27 de septiembre. Se enfrenta a seis años de cárcel por las seis denuncias que ha recibido. Confía en que su abogada consiga una reducción.