Así quieren evitar dos jugadoras del Ponce Valladolid el abandono escolar en República Dominicana

Yohanna Morton y Alejandra De la Fuente buscan llevar felicidad a las niñas dominicanas a través de la Asociación ATABEY

Juan Carlos Amón

Valladolid - Publicado el - Actualizado

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Con una altísima tasa de abandono escolar prematuro, así como de embarazos adolescentes, República Dominicana revela datos y situaciones muy alejadas del paraíso turístico que se percibe cuando se habla del país caribeño. En esa sociedad casi sin oportunidades creció Yohanna Morton, quien tuvo la suerte de encontrar en el deporte - más concretamente en el baloncesto - la oportunidad de esquivar un modo de vida al que sus amigas parecían condenadas.

"Tuve la suerte de lograr salir de aquello gracias al baloncesto. Mi familia apenas contaba con recursos, pero a base de mucho sacrificio conseguimos que saliese adelante una beca en EE. UU. para estudiar y competir en el instituto. Apenas sabía hablar inglés, por lo que mi estancia allí corrió peligro varias veces. Tuve que pasarme veranos enteros sin ver a mi familia para poder alcanzar el nivel de estudios necesario para que no me quitasen esa beca" declara Morton a los micrófonos de Deportes Cope Valladolid.

En qué consiste Proyecto ATABEY

Ahora, desde Valladolid (donde milita en el equipo de Liga Femenina 2 de Ponce) quiere contribuir con lo que esté en su mano a que las jóvenes dominicanas no pasen por esos trances. Con ese propósito nace la Asociación ATABEY que funda y codirige con la ayuda de otra exjugadora de la cantera azul como es Alejandra De la Fuente. Ambas viajaron a territorio centroamericano para vivir sobre el terreno su realidad.

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"Siempre te devuelven una sonrisa. No son tan conscientes de sus condiciones de vida como podemos serlo nosotros desde nuestra perspectiva. Muchas niñas carecen de tiempo para ellas mismas, porque en ocasiones tienen que hacerse cargo de sus hermanos más pequeños. Nosotras solo podemos aportarles aquello que conocemos: el baloncesto. Y tenemos que empezar por lo más básico: proporcionarles zapatillas para que dejen de jugar con un calzado poco apropiado o, en ocasiones, descalzas" comenta Alejandra.

Algunos pequeños comercios ya han aportado zapatillas para que el proyecto arranque. "Ya contamos con varias cajas llenas de calzado de juego y entrenamiento. Solo nos falta encontrar los medios para transportarlas allí" apunta Yohanna entre la risa y la resignación.