'MACROGRANJAS' Y 'MACROPLANTAS'

Los ganaderos de porcino de Castilla y León, a favor de alejar las nuevas instalaciones de los núcleos urbanos

La normativa establece una distancia mínima de un kilómetro

Laura RíosCarmen García Mollón

Valladolid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

En Castilla y León hay más de 3.600 granjas de porcino, unas 300 se consideran de gran tamaño, pueden llegar a tener hasta 7.000 animales. El sector es clave para la economía de la región y de hecho aporta el seis por ciento al producto interior bruto. Genera 70.000 puestos de trabajo. Un dato, una explotación con unas 2.500 madres, genera hasta 16 puestos de trabajo. Son empleos localizados en el medio rural y que permiten asentar población, como nos ha explicado Miguel Ángel Ortiz, presidente de la Federación de Asociaciones de productores de ganado porcino de Castilla y León, quien admite que las granjas tienen también impacto en las poblaciones próximas. 

La normativa es exigente. No podrán estar a menos de un kilómetro de distancia. En los proyectos iniciales se tiene en cuenta la posibilidad de que esos olores lleguen a las poblaciones, por eso los productores están a favor de ampliar esa distancia. “Queremos más distancia en aquellos sitios donde se pueda y donde podamos instalarnos con más distancia porque hay una palabra que nos beneficia mucho que es la bioseguridad. Queremos estar en sitios aislados porque queremos que nuestros animales estén sanos”, ha reflexionado.

Plataformas en contra de las 'macrogranjas' y 'macroplantas'

Los vecinos más próximos a las granjas de porcino se han echado a la calle. Varias plataformas se concentran a las 11:30 a las puertas de la consejería de Medio Ambiente, y luego se reunirán con el director general de sostenibilidad. Llevan meses denunciando ruidos, vertidos y olores que genera la fábrica de procesado de grasas animales ubicada en Doñinos, Salamanca. 

Plataformas vecinales en contra de las 'macrogranjas' y 'macroplantas'

La plataforma ha pedido ante la Guardia Civil la apertura de diligencias oficiales y han presentado quejas sobre la situación en la subdelegación del gobierno, así como ante otras administraciones públicas.

Decenas de personas se han concentrado este martes a las puertas de la Consejería de Medioambiente para expresar su malestar por la instalación de macroplantas y macrogranjas en los municipios. 

Mientras, dentro de la Consejería se reunían con el director General de Sostenibilidad y Medio Ambiente con miembros de las plataformas de Castilla y León Stop macroplantas y macrogranjas para entregarle un escrito con su planteamiento y proponiendo soluciones. Aurora Vilariño, portavoz de las plataformas regionales, cree que están asediando a los pueblos con estas grandes instalaciones. No tienen el número exacto, si que considera que está habiendo ampliaciones y estiman hasta 60 macroplantas por provincia. También reclaman una nueva legislación.

      
             
      

Necesitamos que de alguna manera se pare este asedio y que haya una moratoria de 6 años para poder pensar y planificar que haya una organización territorial adecuada”, argumenta Vilariño.

Entre los afectados, los vecinos de Montemayor de Pililla, según explica Javier Martín, miembro de la plataforma vecinal, hay firmado un protocolo de colaboración entre el Ayuntamiento y la empresa libergia para desarrollar un proyecto de instalar una planta de biogás que gestionaría 150.000 toneladas de purines. Y como no hay una granja cerca que pueda suministrar esa cantidad, supone que tendrían que trasladarlo en camiones cruzando la localidad.

Eso supone el paso de camiones tanto por Montemayor como por todos los pueblos de alrededor, porque no hay carreteras de circunvalación aproximadamente de unos 100 camiones al día”, argumenta Martín.

      
             
      

La planta estaría a unos 3 kilómetros del pueblo, muy cerca de Santibañez de Valcorba donde hay un páramo con dos valles por donde pasa el agua y cree Martín que si se llega a instalar la planta de biogás podría generar problemas.

En caso de que hubiera cualquier tipo de filtración automáticamente tendríamos un problema de contaminación de las aguas. Un pueblo que además ya está catalogado como pueblo vulnerable por contaminación por nitratos con lo cual el problema se agravaría”, explicaba Javier Martín, miembro de la plataforma vecinal de Montemayor de Pililla

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