José Luis de la Fuente misionero recién llegado de África: “Nunca se deja de aprender”

Este domingo se ha celebrado el Día del Domund para recaudar fondos que nutrirán estas misiones por los territorios más desfavorecidos. Solo el pasado año se recaudó más de un millón de euros

Marta Bermejo Maniega

Valladolid - Publicado el

4 min lectura

Castilla y León cuenta con más de 2,000 misioneros repartidos por todo el mundo. A miles de kilómetros de distancia, hacen de todo para atender a los más vulnerables: ayudar a los enfermos, rescatar a niños de la calle para que puedan estudiar, pero también hacen una labor evangelizadora con formación y catequesis. El perfil del misionero español es el de una persona con una media de edad de 75 años. 

Este domingo se ha celebrado el Día del Domund para recaudar fondos que nutrirán estas misiones por los territorios más desfavorecidos. Solo el pasado año se recaudó más de un millón de euros, de los cuales Valladolid aportó más de 264,000 euros.

La labor de las misiones de la Iglesia Católica que están repartidos por todo el mundo se basan en anunciar el Evangelio, pero también ayudar a los que más sufren. En Valladolid existen 142 misioneros, repartidos en 41 países, principalmente, de África y América del Sur. Es el caso de José Luis de la Fuente, un misionero que ha dedicado su vida a las misiones y que acaba de llegar de África.

JOSE LUIS DE LA FUENTE

Hace dos meses regresó de África y de allí se ha traído la alegría y la manera que tienen los cristiano de vivir su fe, y es que nos cuenta José Luis que la Iglesia de África es “ la Iglesia del futuro porque están muy organizados , la fe para ellos es algo fundamental y es lo que les da fuerza en su sufrimiento diario” José Luis cree que aquí se puede hacer una iglesia diferente y puede funcionar.

Él ha trabajado con chicos que viven situaciones difíciles y son de varias religiones. Porque si hay algo que destaca de su labor allí es que en su centro no hay distinciones hay un respeto absoluto a todas las personas, “nuestras oraciones eran mas bien ecuménicas con un respeto absoluto y así hacemos reuniones muy majas, son experiencias muy bonitas”.

Una vez, nos cuenta que ayudó a un chico que estaba en la cárcel por haber robado unas gallinas a un vecino influyente de la zona, el tiempo pasaba y al chaval no le juzgaban por el caso y “sólo estaba allí dentro de la cárcel, comiendo de lo que la gente le daba pero sin poder avanzar”. Viendo este caso José Luis pagó las gallinas al señor, e hizo que le quitaran la denuncia y aunque recibió amenas por ello no se arrepiente porque “hoy este chico están estudiantino un doctorado en matemáticas en Francia”.

Para los que quieran seguir sus pasos José Luis tiene un mensaje “alguien que quiera ser misioneros debe de ser simple, la humildad, saber que no sabe nada del país donde va aunque haya leído mucho, dejar que la gente lo enseñe y traer eso mismo aquí. Ese es el gran consejo, aprender en todo momento”.

ESTHER COSGAYA

Quien está empezado en este mundo de las misiones es Esther Cosgaya, una de las jóvenes de Pastoral Universitaria que vivió este verano su primera experiencia misionera en ‘Misión Honduras’. Esther nos ha explicado a COPE que “sentía la inquietud en mi interior de ponerme al servicio de los demás y en Honduras hay mucha población infantil y como soy profesora infantil no me lo pensé”. Su experiencia fue tan buena que quiere repetir “yo por las mañanas daban clases y luego por las tardes y los fines de semana colaboraba con la casa de las misiones dónde hacíamos muchas tareas, como catequesis o un proyecto de construcción de casas y de pilas para recopilar agua”, entre otras muchos proyectos para el día a día.

También hacían salidas a aldeas muy lejanas que estaban aisladas y allí se encontraban "a personas muy humildes que no tiene casa ni alimentos pero te lo ofrecen todo” y son personas a las que escuchaban mucho, porque lo necesitaban.

Esther nos ha explicado que “Hay mucho trabajo que realizar allí. Creo que no hubo una sola noche en la que no me acostase agotada en los 4 meses, pero fue una experiencia muy enriquecedora en la parte espiritual y humana y creo que es una experiencia que es necesaria vivirla”.