SUCESOS
Sale de prisión tras una condena de 27 años por asesinato y lo que hace en una tienda de Valladolid le pasa factura: "Se encaprichó"
El juez explica que el autor confeso “se encaprichó” de un artículo que llevaba en la tienda una década

Vuelve a la cárcel por robar un peluche
Valladolid - Publicado el
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Imagina que pasas casi 30 años en prisión por asesinato, narcotráfico y pertenencia a una organización criminal. Tres décadas detrás de los barrotes, pagando tu deuda con la sociedad. Al fin, recuperas la libertad y tienes el mundo por delante. Podrías empezar de nuevo, alejarte de los problemas, dejar atrás tu pasado.
Pero un día, paseando por una tienda de Valladolid, algo llama tu atención: un simple tope de puerta con forma de perro, decorado con la bandera británica. No es una joya, ni un objeto de gran valor, es solo una especie de peluche, pero te gusta. Tanto, que decides llevártelo sin pagar. Un impulso, un capricho… que te costará seis meses más entre rejas.
Apenas había recuperado la libertad tras cumplir 27 años de prisión. Casi tres décadas en la cárcel por asesinato, pertenencia a una organización criminal y narcotráfico. Ahora, ha vuelto para cumplir con una condena de seis meses por encapricharse con un artículo de decoración de una tienda y llevárselo sin pasar por caja.
El artículo en cuestión estaba expuesto en una tienda de la capital vallisoletana. Era un tope de puerta con forma de perro y decorado con la bandera británica. El condenado entró en el establecimiento, acompañado por otra persona que compró varias prendas de vestir. En un momento en el que la dependienta estaba distraída, se hizo con el elemento decorativo que llevaba al menos una década en el establecimiento.
La sentencia condenatoria, dictada por el Juzgado de lo Penal 3 de Valladolid por delito de hurto, considera acreditado que el 23 de septiembre de 2023, sobre las 10:55 horas, el autor confeso se hizo con el tope de puerta que estaba a la venta por valor de 572 euros.
El propio condenado, de 57 años, reconoció en el juicio la autoría del hurto, y recogido en las cámaras de seguridad del establecimiento, pero se había mostrado disconforme con el valor del perrito, algo que el juez considera irrelevante por cuanto, como así advierte en la sentencia, recogida por Europa Press, ha quedado perfectamente probado que “se encaprichó de un objeto de decoración y no se molestó en verificar si excedía el precio del límite del delito leve o no, asumió la sustracción y ahora ha de asumir la condena”.
Precio excesivo
En la sesión intervino además un perito judicial que valoró el artículo robado en 70 euros, ocho veces inferior a esos 572 que marcaba la etiqueta pegada en una de sus patas y que el propio juzgador viene a reprobar, si bien reconoce que la libre economía de mercado funciona de esta manera y da derecho al comerciante a fijar el precio que estime oportuno pues “los objetos no tienen el precio por lo que realmente valen sino por lo que se está dispuesto a pagar por ellos”.
“Obviamente, el precio de venta al público es excesivo, no es una pieza única, no es una pieza de museo, está desgastada en su parte inferior por el tiempo de permanencia en la tienda y por tratarse de una pieza adquirida de segunda mano. Todo lo que se quiera decir, hasta si es moralmente aceptable pretender vender un producto a un precio ocho veces superior al precio medio de mercado de objetos similares como ha dicho el perito, pero es que todo esto termina resultando irrelevante una vez que se acredita que el precio de venta al público es el que es”, señala en la sentencia condenatoria.