'Súper Cataleya', siete años después de recibir el trasplante de médula de su padre: “Los pelos de punta”

Cataleya tiene siete años. Le gusta bailar, patinar, ir al parque con sus amigos y pasar tiempo con su abuela en San Martín de Valvení (Valladolid). Es algo tímida, pero te esboza una media sonrisa que, siendo media, te conquista. Atrás quedan los meses de hospital y la búsqueda desesperada de un donante de médula compatible. Con sólo seis meses fue diagnosticada con una leucemia mieloide aguda, no es la leucemia más común en los niños, así que en su caso fue considerada una enfermedad rara. Dependía de un donante de médula ósea compatible y apareció. Un donante anónimo cien por cien que desapareció. Así que, con el tiempo en contra, se puso en marcha una campaña de búsqueda.

Valladolid se movilizó y empapeló la ciudad con carteles apelando a la solidaridad del donante de médula. La búsqueda tuvo una respuesta masiva, 400 donantes en un solo día, pero la compatibilidad era vital y no hubo suerte. Así que hubo que optar por un plan B que les llevó directamente a manos del Doctor Antonio Pérez en el Hospital madrileño de La Paz. El trasplante podría ser compatible al 50 por ciento. Así que los padres de Cataleya, Adrián y Carlota, se sometieron a un examen para valorar su compatibilidad. Ambos, al 50 por ciento.

El equipo médico se inclinó por Adrián, “aunque éramos iguales, el estudio genético determinó que mis células eran más fuertes a la hora de realizar el trasplante”, nos ha contado el padre de la pequeña en Mediodía COPE.

Atribuye el éxito del trasplante al equipo médico del Doctor Antonio Pérez, pero también a la labor de la Fundación Cris contra el cáncer que ha financiado becas de estudio para la investigación de casos tan raros como el de su hija.

La solidaridad de los donantes

Adrián recuerda el movimiento solidario que generó la búsqueda de un donante. “Se me ponen los pelos de punta”, recuerda. Un conocido le comentó que decidió ser donante por el caso de su hija Cataleya, “el viernes tengo que ir a donar médula”, le dijo, “es súper satisfactorio. Es algo muy bonito salvar la vida de una persona”, comenta. “Nunca sabes a quien puedes salvar la vida”, recuerda.

Al echar la vista atrás lo recuerda como una experiencia “muy bonita dentro de los momentos más duros” que ha vivido.

"Es algo muy bonito salvar la vida de una persona. Nunca sabes a quien puedes salvar la vida”

Adrián

Donante de médula ósea a su hija Cataleya

Aprovecha para lanzar un mensaje de optimismo a las familias que atraviesan por esta incertidumbre. “Tener la mentalidad positiva porque siempre te van a dar una salida positiva a la que aferrarte”.

Que las familias estén unidas y positivas, convencidas de que van a salir de ahí. “Sé que es duro estar alegre, pero todo es bueno para sacar una sonrisa”, “ ya que en nuestro caso, fueron muchos meses de hospital”.