CENTRO DE MENORES
Una trabajadora del centro de menores Zambrana de Valladolid denuncia inseguridad y medidas laxas ante las agresiones: “No hay repercusiones”
El centro de menores tiene a 13 profesionales de baja médica

Una trabajadora del centro de menores Zambrana de Valladolid cuenta en Herrera en COPE la inseguridad de una plantilla mermada por las bajas y con incidencias diarias
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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Castilla y León dispone de seis pisos de régimen abierto con 39 plazas para menores tutelados. Hay cubiertas 32 y cuentan con 35 profesionales. Son los últimos datos proporcionados por la Consejera de Familia. Con este recurso, se busca que estos menores vuelvan a la normalidad sin tener que derivarlos al Centro de Menores Zambrana, en la provincia de Valladolid. Es el único centro de internamiento en régimen cerrado de Castilla y León, donde ahora hay unos 65 internos. En él trabajan 109 personas, 13 de baja. Los trabajadores nos cuentan que no hay día sin incidentes y en algunos casos incluso agresiones.
En Herrera en COPE, hemos podido hablar con una trabajadora histórica del centro. Desde el anonimato nos cuenta cómo es trabajar con estos menores conflictivos que llegan de todos los puntos de Castilla y León. Al Zambrana, centro de referencia de la comunidad, llevan menores que cumplen con medidas judiciales, por delitos sexuales, homicidios, hurtos, de modo que los perfiles son muy variados.
"Los incidentes y agresiones son continuas"
Educadora social
Esta educadora del centro Zambrana de Valladolid explica la sensación de inseguridad que siente la plantilla, muy mermada por las bajas médicas. En la actualidad cuenta con 109 trabajadores, entre educadores sociales y auxiliares técnicos, y hay 13 que con baja médica. Serían necesarios 19 trabajadores por la mañana y 20 por la tarde y apenas llegan a ser 15, “porque no quieren venir a trabajar”. “Los incidentes y agresiones son continuas, pero nos encontramos que no quieren venir a trabajar”.
Incidentes diarios
Esta educadora social nos cuenta que su labor es vocacional, le gusta trabajar con estos menores, pero son constantes las faltas de respeto. “Llevo años allí, faltas de respeto, te levantan la mano, intentos de agresiones, motines en comedores, con lo que supone con cuchillos y tenedores”, nos explica.
Lamenta que las bajas continuadas de profesionales hace imposible contar con un equipo estable. “Hoy entro a trabajar con dos personas que no conozco. Es un trabajo cien por cien de equipo”, explica.
Ya sabe lo que es estar de baja, de hecho, se lo ha vuelto a plantear “pero cuando vuelves está todo el igual”. “Cuando sea necesario me retiraré”, señala.
Aprovecha para pedir a la Consejería de Familia que reciba a los trabajadores para explicar cómo gestiona la nueva empresa que “solo busca el beneficio económico”. “Que se plantee por qué no quieren venir aquí a trabajar” con siete días de turno seguido, con solo un fin de semana de descanso al mes.