Agridulce balance de la Semana Santa en Zamora este 2024
La ocupación se quedó en un 75 por ciento, por el 100% de años anteriores en los días centrales. La lluvia obligó a suspender hasta siete desfiles procesionales en la capital
Zamora - Publicado el - Actualizado
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Ya hemos arrancado una nueva hoja del calendario. Comenzamos mes, cuarto mes del año, y comenzamos tiempo pascual, que culminará el Domingo de Pentecostés, dentro de cincuenta días. Dejamos atrás la Semana Santa. Una Semana Santa que se ha desarrollado sin contratiempos a nivel de fe, que es, y que no se le olvide a nadie, lo más importante. Pero es cierto que, en esta ocasión, la lluvia ha hecho que este tiempo de fe, que se vive con fervor y recogimiento en Zamora, no se haya traducido también en un periodo de esplendor para Zamora derivado de desfiles procesionales en la calle.
La lluvia ha obligado a suspender hasta siete procesiones y ha obligado a recortar el recorrido en otras tantas. Los que tienen buena memoria y los que acuden a la hemeroteca, aseguran que no se recordaba una Semana Santa tan desastrosa en lo meteorológico desde 1911. Es lo que ha tocado y no queda más que resignarse y pensar ya en la Semana Santa de 2025.
Isabel García es la presidenta de la Junta Pro Semana Santa de Zamora, y este lunes pasaba por Herrera en COPE Zamora con Juanma de Saá y ha hecho balance de estos días.
A nivel económico, sí es cierto que la población durante estos días se ha multiplicado, que la imagen ayer de la Plaza Mayor durante toda la tarde es la de una ciudad con vida y con esperanza ante un futuro incierto en términos demográficos y socioeconómicos. Pese a ello, los datos en los días centrales de ocupación son del 75 por ciento, contra el cien por cien habitual en años anteriores. La restauración ha salvado los muebles a mediodía, en las comidas, pero ha pinchado de forma clara por la noche, en las cenas.
Hoy, Lunes de Pascua, Zamora vuelve a la normalidad. Aquí esperamos el año próximo, con nuestras mejores galas, a los zamoranos en la diáspora y a los turistas ávidos de empaparse con nuestra cultura y tradiciones, y no solo con nuestra lluvia; que por cierto, ha venido francamente bien para nuestro campo.