De la hostelería al éxito internacional: La zamorana que encontró su pasión en el vino y triunfa con su propio espacio

Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo profesional, y de ello es muy consciente la zamorana Laura Rodríguez. Tras casi veinte años dedicada al sector de la hostelería y la restauración, un trabajo en Valladolid le ayudó a descubrir su verdadera vocación: la sumillería.

“Me dí cuenta de que llevaba muchos años en la hostelería, pero lo que realmente me gustaba y apasionaba era el mundo del vino, que hasta entonces era un gran desconocido para mí”, afirma la sumiller, que aunque se define a sí misma como mitad zamorana, mitad vallisoletana, actualmente ejerce su profesión en la capital burgalesa, donde regenta, junto a su pareja Diego González, el ‘wine room’ Tiempos Líquidos, un “espacio único” en la ciudad, donde disfrutar del mejor vino.

Hace siete años, un trabajo en Valladolid llevó a Laura Rodríguez a enfrentarse por primera vez a una carta de vinos “bastante más amplia” de lo que había hecho anteriormente, y esa necesidad de adquirir un mayor conocimiento para ejercer bien su trabajo le llevó a asistir a un curso de sumiller en la Escuela Internacional de Cocina, y descubrió su verdadera vocación.

“Si pudiera volver atrás, empezarían antes en el mundo del vino”, reconoce, a la vez que destaca su decisión de apostar por este camino, que le ha permitido encaminar su carrera. Los últimos siete años han sido de mucho trabajo y formación, tal y como recuerda la sumiller, aunque todo ese esfuerzo ha dado sus resultados, y a nivel profesional, el pasado 2024 fue un gran año para Rodríguez.

Entre los reconocimientos cosechados este año, destaca el tercer puesto logrado por Laura Rodríguez en el Ruinart Sommelier Challenge, un certamen de renombre entre la comunidad de sumilleres y que reconoce a los mejores del país. También, junto al copropietario de Tiempos Líquidos, Diego González, logró el título de Mejor Sumiller Internacional del Wine Challenge Industry Awards, y su negocio fue reconocido el pasado año con un Solete Guía Repsol.

“Para mí lo importante, al margen de los resultados y los reconocimientos, es disfrutar el camino y del día a día y lo que hacemos. El mundo del vino es infinito y tenemos la suerte de seguir aprendiendo cada día”, afirma la sumiller.

Tras un 2024 de muchas alegrías y reconocimientos, Rodríguez se prepara para afrontar un 2025 cuyo reto principal será “seguir estudiando” y mantener el buen ritmo de Tiempos Líquidos. Este local, que abrió sus puertas hace apenas un año ha tenido una gran acogida entre el público burgalés. “El consumidor ha tenido la oportunidad de ir probando vinos a lo largo del tiempo y ahora este local te ofrece vinos de kilómetro cero, como es Arlanza y Ribera, hasta cualquier lugar del mundo, como Australia, California o Sudáfrica”, afirma la copropietaria del negocio.

Destaca además la implicación de los clientes, y señala que cerca del 90 por ciento de las personas que cruzan las puertas de Tiempos Líquidos se dejan llevar por el asesoramiento y recomendación de sus profesionales.

Un buen momento para la sumillería

Por otro lado, en relación a la situación actual que afronta la profesión de sumiller, Laura Rodríguez pone en valor el buen estado de salud en el que se encuentra, y recuerda los cambios que se han producido desde unos años. “Antes era una profesión que se veía más para los hombres, y con suerte estos últimos años hemos entrado muchas mujeres en el sector”, añade. También son muchos los jóvenes que se están incorporando a este mercado laboral, lo que permitirá que haya un relevo generacional en el futuro, para que la profesión de sumiller siga creciendo.