CURIOSIDADES
El curioso término para definir el mal humor cuando te acabas de levantar
Esta palabra, aunque no muy conocida ni utilizada, describe el estado de mal humor matutino.
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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El autor de la saga de libros sobre curiosidades "Ya está el listo que todo lo sabe", Alfred López, divulgador científico, nos hace algo más sabios al dar respuesta a las preguntas sobre enigmas u orígenes etimológicos de las palabras que utilizamos.
Aquí tienes dos curiosidades que no te van a dejar indiferente y te ayudarán a ser un buen "cuñao".
(ESCUCHA AQUÍ LAS EXPLICACIONES DE ALFRED LÓPEZ)
Levantarse enfadado tiene un nombre: matutolypea
El mal humor experimentado por muchas personas al levantarse, que los hace reacios a hablar antes de tomar su café o ducharse, tiene un término peculiar: 'matutolypea'.
Esta palabra, aunque no muy conocida ni utilizada, describe el estado de mal humor matutino. Se compone de 'matuta', en relación con la diosa romana del amanecer 'Mater Matuta' (de ahí lo 'matinal'), y 'lype' del griego, que significa dolor, pena o tristeza.
La traducción literal de 'matutolypea' sería 'dolor del amanecer', capturando la sensación de malestar que algunas personas experimentan al despertar y que persiste hasta que transcurre un tiempo significativo, se toma el primer café o se realiza una ducha.
¿De dónde proviene los término "mareo" y "náusea"?
Cuando las personas viajan en barco, es común que experimenten mareos y náuseas, llevándolos a tomar pastillas para evitar estos malestares.
Etimológicamente, tanto 'mareo' como 'náuseas' están vinculados al ámbito marino. La palabra 'mareo' tiene origen en 'marea', refiriéndose al movimiento ascendente y descendente del mar que causa molestias y debilidad al navegar.
Por otro lado, 'náusea', el deseo de vomitar debido a un repentino mareo, proviene del griego 'nautí?', que describe la indisposición experimentada al estar navegando en un barco ('nave' en griego es 'naûs').
¿De dónde surge llamar ‘bigardo’ a un holgazán?
El término "bigardo", aunque en desuso, fue frecuentemente utilizado por literatos del Siglo de Oro y persistió hasta mediados del siglo XX.
Se empleaba para referirse a holgazanes y personas de vida licenciosa, así como despectivamente para algunos religiosos seguidores del sacerdote belga del siglo XII Lambert le Bègue.
El apellido de Lambert le Bègue dio origen al término "begardo", que posteriormente evolucionó hacia "bigardo". Es importante señalar que el "le Bègue" que acompañaba al nombre del religioso belga era un apodo que significaba literalmente "el tartamudo", debido a que él padecía de dicho problema en el habla.