El doble rasero de la Generalitat: correbous, sí; corridas de toros, no

Usuarios de las redes sociales y entidades denuncian que el gobierno catalán haga la vista gordo con los correbous a pesar de que también suponen un suplicio para el animal

Toro embolado por las calles de una localidad catalana

Redacción COPE Barcelona

Barcelona - Publicado el - Actualizado

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Las corridas de toros están prohibidas en Cataluña desde julio de 2010, cuando en el Parlament prosperó una ley de Protección de los Animales que así recogía esta prohibición. Ley que sin embargo blindaba los correbous y otros espectáculos que son populares en algunas localidades catalanas, y en los que también se usan toros. Antes de la pandemia se organizaban unos 450 actos con toros.

Hace sólo unos días, en Camarles (Tarragona), se celebró uno de estos espectáculos taurinos, en este caso un “toro embolado”, al que se le colocan en las puntas de las astas bolas inflamables o artificios pirotécnicos. Algunos usuarios de las redes sociales denuncian el doble rasero de la Generalitat porque prohíbe las corridas de toros en Cataluña, pero permite que se sigan produciendo este tipo de espectáculos aunque el animal “también sufre”.

Como decíamos, fue en julio de 2010 cuando el Parlament aprobó la prohibición de las corridas de toros, prohibición que no fue efectiva hasta enero de 2012. entre esas dos fechas se celebró una última corrida en Barcelona, fue el 25 de septiembre de 2011, con José Tomás Serafín Marín en la plaza Monumental. Seis años después, en 2016 el Tribunal Constitucional resolvió que esta prohibición fue inconstitucional, porque el Parlament invadió competencias del Estado. Aún así, las corridas no han vuelto a Cataluña.. además, en 2018, la Generalitat fue condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a pagar un millón de euros a la familia Balañá, propietaria de la Monumental, por los daños derivados de la prohibición de las corridas.