El alcalde de Caldes de Malavella se encara a los okupas de su casa con un hacha

Salvador Balliu reconoce haberse equivocado, pero defiende que se sintió amenazado

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El alcalde de Caldes de Malavella, Salvador Balliu, intentó el pasado lunes de Pascua echar a unos okupas que allanaron una vivienda de su propiedad, ubicada en una urbanización del mismo municipio.

Les amenazó empuñando un hacha e hizo gestos de atacar cuando se percató de que estos le estaban grabando con su teléfono móvil. Las imágenes grabadas, que han recorrido internet y las redes sociales, muestran como Balliu discute con los jóvenes y les grita que les quiere fuera y "Me han pagado para que os eche fuera".

El alcalde defiende que, en realidad, el agredido fue él, ya que cuando fue a su propiedad le recibieron dos jóvenes con palos y un perro. Reconoce que se puso nervioso por una situación que no desea "a nadie" y que se defendió con lo primero que encontró. También dice que el video tan solo enseña una parte de lo que realmente pasó, pero pide disculpas por si alguien se ha visto ofendido.

El video ya ha provocado reacciones de la oposición de Caldes. Los tres grupos que la forman (SomCaldes, ERC y En comú Podem) dicen que la actitud de Balliu es "inadmisible". "Nadie puede tomarse la justicia por su parte, y menos un cargo público como el señor Balliu", afirman. Los tres grupos estudiarán ahora qué hacer, pero ya avanzan que no ven "justificación posible" y que creen que el alcalde tendría que dimitir "inmediatamente".

Por su parte, Balliu explica que en Semana Santa, mientras estaba de vacaciones, la Policía Local le llamó para explicarle que le habían entrado en casa unos okupas. Los agentes hablaron con los jóvenes, y ellos se comprometieron a marcharse Viernes Santo. Sin embargo, el sábado, cuando Balliu regresó, todavía estaban en la casa, pero dijeron que "se marchaban en aquel momento" ha dicho el alcalde.

De hecho, el Domingo Balliu fue hasta la finca y no encontró nadie. Puso unas bridas en las vallas y puertas y el Lunes de Pascua compró a unas cerraduras para reponer lo que los okupas habían roto.

"A EMPUJONES Y GOLPES"

"Cuando entré a mi casa, de dentro de la finca salió un perro grande, una chica y dos jóvenes que llevaban palos grandes; me empezaron a amenazar y a increpar, y me echaron a empujones y golpes", ha explicado el alcalde. Salvador Balliu dice que, en aquel momento, sufrió por su "integridad" y que fue "una situación muy mala" que no desea a nadie.

Fue entonces cuando decidió defenderse, y cogió "aquello que tenía más a mano entre las herramientas", un hacha que llevaba a la furgoneta, con las cuales quería reparar las cerraduras. Es ese el momento que muestra el video, en el que Balliu subraya que también se ve como los jóvenes llevan palos en las manos.

"En ningún caso mi reacción se tiene que entender como una agresión ni como una amenaza hacia los okupas, sino como respuesta de una persona que se siente indefensa en su propia casa ante una amenaza", subraya Salvador Balliu. "Lamento profundamente la situación desagradable que se ha generado, la confusión y la polémica", afirma.

El alcalde defiende que, a pesar de sus cargos políticos, actuó "en nombre propio" y a título particular, y que el video se tiene que contextualizar, porque solo muestra una parte de aquello que pasó. Explica también que los okupas abandonaron la finca al día siguiente.

DESVINCULARLO

El alcalde también ha admitido que dijo a los okupas que lo habían pagado para que les echara porque ellos insistían que era el alcalde y que no les podía hacer nada. "Quise desvincularlo, y en aquel estado de nervios y de tensión, eso es lo que se me ocurrió", justifica Salvador Balliu.

Salvador Balliu cree que el video lo han difundido los mismos okupas, y cree que los grupos de la oposición tienen que escuchar su explicación, ya que únicamente muestra una visión de la realidad de lo ocurrido.

Para ello, el alcalde de Caldes ha convocado hoy una junta de portavoces con la oposición para exponerles el asunto. Pide que lo escuchen y que después le hagan todas las preguntas que necesiten.

El alcalde ya ha puesto el asunto en manos de sus abogados porque siente que lo han "atacado". "Pido a todo el mundo que se ponga en mi situación: me aparecieron tres personas con palos que me amenazaron, y que de alguna manera me tenía que defender", explica.