El Delta del Ebro vuelve a ser el acceso del hachís en Europa
Se han interceptado cargas de dos y tres toneladas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Guardia Civil alerta de un repunte en la actividad del tráfico de hachís en la comarca de Tarragona, que ha llevado a los agentes del cuerpo a intensificar la vigilancia en los últimos meses. Una prueba de ello son las tres narcolanchas que interceptó la Guardia Civil hace unos días, escondidas en camiones que circulaban en la carretera que va de Amposta al Delta del Ebro.
El teniente Héctor Muñoz, jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, en declaraciones a Informatius COPE Catalunya i Andorra, ha detallado las operaciones de los traficantes que llevan la mercancía del norte de África hasta las costas tarragonenses: "Es un viaje largo con las inclemencias del tiempo, de la navegación marítima y con una gran carga que suele ser de dos o tres toneladas de hachís".
Estas travesías no serían posibles para los traficantes si no fuera por el uso de lanchas de grandes dimensiones. Normalmente, estas embarcaciones cuentan con tres motores de 300 CV, aunque se han llegado a encontrar de hasta 425 CV, dado que han sido modificadas. Las primera investigaciones de la Guardia Civil apuntan que las lanchas son compradas en alguna zona de Portugal o en astilleros de Galicia, una práctica que es legal en ambos territorios. El modus operandi de los narcos, según Muñoz, es la compra de la estructura externa de los barcos y su equipación en talleres clandestinos, con sus pertinentes motores y sistemas de navegación.
El teniente descibre la geografía del Delta del Ebro como "idónea" para los traficantes. "Tiene una baja densidad de población, múltiples accesos, playas con facilidad para navegar en ellas, tiene poca roca, lo cual evita cualquier tipo de avería en la embarcación y, sobre todo, les aporta una intimidad y una ocultación".
La Guardia Civil publicó en enero una investigación llamada Operación Palika que informaba de la existencia de organizaciones instaladas en Badalona (Barcelona), las cuales utilizaban la zona de la comarca de Tarragona como base de operaciones, debido a las condiciones favorables que supone la costa dorada.
Históricamente, el Delta del Ebro siempre ha sido habitual la presencia de organizaciones encargadas del desembarco del hachís. Habría que remontarse hasta los años noventa, momento en el que empiezan a surgir los primeros alijos que provenían de rutas dedicada al contrabando de tabaco y que sufren un auge a principios de los años 2000.